Patrimonio
El milagro de los Santos Juanes de Valencia
La restauración de la Iglesia, financiada por la Fundación Hortensia Herrero, encara su recta final con la recuperación de los frescos de Palomino de la bóveda y estará finalizada a finales de este año
En 2019, una muy buena noticia alegraba a los amantes del patrimonio valenciano. Como había ocurrido con la Iglesia de San Nicolás, donde se encuentra la llamada «Capilla Sixtina» valenciana, la Fundación Hortensia Herrero anunciaba la restauración y rehabilitación de la Iglesia de los Santos Juanes de Valencia. Una joya del gótico, declarada Monumento Histórico Artístico Nacional por Decreto de 21/02/1947, que requería de una intervención integral, tanto de su exterior como del interior.
El proyecto, con seis millones de euros de presupuesto, auguraba muy buenos resultados como los de San Nicolás, ya que el equipo encargado de la rehabilitación era el mismo. Por una parte, la catedrática Pilar Roig, profesora del departamento de Conservación y Restauración de Bienes Culturales, e investigadora del Instituto Universitario de Restauración del Patrimonio de la UPV. Y por otra, la del arquitecto Carlos Campos. Ambos, eminencias en sus respectivas áreas, se han ocupado, en el primer caso, de la restauración de las pinturas al fresco de la bóveda del templo, obra de Antonio Palomino. Asimismo, el equipo del arquitecto ha trabajado incansablemente en subsanar las deficiencias estructurales para garantizar la conservación del edificio, incluyendo sus fachadas.
¿En qué fase se encuentra el proceso? El regreso del esplendor a la Iglesia de los Santos Juanes está cada vez más cerca. A final de año, según las fuentes consultadas por LA RAZÓN, está previsto que finalice todo el proyecto que en 2019 se inició. En la actualidad, en lo que se trabaja es en el interior del inmueble. La restauración de los extraordinarios frescos de Palomino está siendo un trabajo arduo. No obstante, las mejoras del edificio son apreciables desde hace meses. Porque fue justo en octubre de 2024 cuando finalizaron los trabajos del exterior. En ese momento, se retiraron los andamios que rodeaban toda la iglesia para para mostrar que se habían solucionado los daños del espacio.
«Lógicamente era preciso realizar una intervención que unificara el nivel de tratamiento, dentro de la diversidad de tipos constructivos del edificio. Especialmente importante es la fachada norte, teniendo en cuenta que es la parte del edificio que conserva su estructura original gótica, cuya perspectiva se alcanza a ver desde la plaza del Tossal», relató el arquitecto. «La recuperación de los ventanales ojivales, de gran dimensión, que quedaron cegados en la transformación barroca, o la funcionalidad de las gárgolas originales, son aspectos de especial trascendencia para hacer visible la larga historia y vicisitudes de este templo, teniendo en cuenta que en su interior conserva la unidad de estilo implantada en el siglo XVII», aseguró Campos sobre un proyecto que fue ejecutado por la empresa Estudio Métodos de Restauración (EMR).
Asimismo, el arquitecto dio más pistas del proceso de recuperación. «Lo último que se ha acometido es la restauración de la fachada de la plaza del Mercat, que cuenta con elementos escultóricos y populares de gran interés», dijo el experto.
Así, pasado este tiempo, en los últimos meses se ha trabajado de manera incansable en la recuperación de la bóveda, de las esculturas y de los tesoros artísticos que alberga los Santos Juanes. En esta línea, se han inter, se han intervenido los revestimientos y las instalaciones de iluminación del templo. Todo ello para devolver a un estado óptimo a una de las iglesias con más historia de la ciudad.
De origen gótico valenciano, fue reedificada en los siglos XIV y XVI a causa de varios incendios. Será ya en el siglo XVII y comienzos del siglo XVIII cuando finalmente adquiera su aspecto definitivo, con una fisonomía barroca. De su antigua estructura de estilo gótico valenciano aún queda la nave y el gran óculo cegado, conocido como la «O de Sant Joan», que fue concebido como un gran rosetón en la fachada. Ese tesoro es ya visible y, a falta de pocos meses, ejemplifica el milagro de los Santos Juanes que ha llegado en forma de restauración.