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Análisis

Vox readmite a Badenas y refuerza a María José Catalá

La gobernabilidad del Ayuntamiento de Valencia queda asegurada, así como la popularidad de la mejor baza del PP

La alcaldesa de Valencia, María José Catalá, ha recuperado la estabilidad de su gobierno municipal La Razón

La dirección nacional de Vox ha decidido readmitir bajo la disciplina de partido e integrar en el grupo municipal de Valencia, a los dos ediles que había abandonado la formación.

Juanma Badenas había sido suspendido temporalmente de militancia (el partido hablaba directamente de expulsión) por unas presuntas irregularidades en la adjudicación de un contrato que investiga la Justicia. Su pareja, y también edil de Vox, Cecilia Herrero, decidió abandonar el partido porque había sufrido acoso de los «asesores designados por la dirección de Madrid» que, según dijo, le chillaban y no le habían respaldado en su periplo judicial (ella también está investigada).

Ese aparente divorcio traumático entre los dos ediles y la formación verde ha vuelto a tornarse en luna de miel tras una intensa negociación política dirigida directamente por María José Catalá, con la dirección nacional del partido de Abascal: «hablamos constantemente» había dicho ella misma cuando surgió la crisis.

Bien pensado, la jugada es maestra y era la única posible para apuntalar a María José Catalá, a quien todo el mundo mira como posible relevo de Carlos Mazón, caso de que éste dimita por el enorme desgaste por su «gestión» de la dana.

Solo de este modo se podría contentar a las dos partes. Por un lado, el grupo municipal de Vox no pierde ni representatividad ni áreas de poder que durante unas semanas hubo de compartir con los ediles díscolos, ya que Cecilia Herrero no perdió sus competencias aunque el actual portavoz de Vox, José Gosálbez, ya había advertido que él no gobernaría con tránsfugas.

Por otra parte, las carteras de gobierno y los emolumentos que llevan aparejados han hecho que los dos ediles hayan reconsiderado su posición y hayan visto que en Vox no se estaba tan mal. Tragado el sapo, los concejales han pasado de malditos a benditos en apenas quince días, y de este modo, Catalá no queda en una minoría más que peligrosa tanto en el pleno como en las comisiones del Ayuntamiento, donde estas últimas semanas había tenido que hacer una pirueta en forma de voto ponderado para seguir teniendo una mayoría que, numéricamente, ya no ostentaba.

Prueba superada. La gobernabilidad y la estabilidad vuelve al Ayuntamiento de Valencia, y la figura de María José Catalá, que ha ganado popularidad desde el pasado 29 de octubre, sigue incólume y preparada para cualquier cometido que la dirección de su partido decida.

Hay análisis más osados que ven una ilación en los acontecimientos del Ayuntamiento de Valencia y de la Generalitat de las últimas semanas, e interpretan en esa clave las declaraciones de Mazón haciendo suyo parte del ideario de Vox para que estos le apoyen en los presupuestos: devolución de los menores no acompañados, rechazo a la agenda verde europea...

El propio PP nacional reiteraba su apoyo a las políticas verdes europeas unos días después, aunque sin verbalizar que estaban desautorizando a Mazón. Todo sea por consolidar la plaza en la tercera capital de España y no salpicar la imagen del mejor relevo que puede tener Carlos Mazón, hoy por hoy, entre las filas del PP: nadie tiene más popularidad que María José Catalá, y los populares no van a malbaratar su caballo ganador sometiéndolo a dos años de azaroso mandato municipal en minoría que haría la ciudad ingobernable y le restaría popularidad y votos.

Por eso, los de Vox, que no tardaron ni un segundo en cargarse a su exportavoz en cuanto tuvieron una oportunidad, lo vuelven a readmitir aunque con sus atribuciones disminuidas: ya no es portavoz ni teniente de alcalde. En el pack va también la edil Herrero. Y además manifiestan su plena lealtad al Ayuntamiento de Valencia. Crisis cerrada.

Y tras una mañana de intensas negociaciones orquestadas desde Alcaldía y en la que llegó incluso a retrasarse tres horas la Junta de Gobierno Local, la alcaldesa de Valencia explicó el encaje de bolillos aduciendo que la dirección de Vox había readmitido a Juanma Badenas y Cecilia Herrero (sin más), y que ella había decidido inmediatamente un remodelación de su gobierno en el que José Gosálbez es premiado por su fidelidad durante dos mandatos convulsos como segundo teniente de alcalde, además, llevará Empleo, área que correspondía a Badenas, y cederá Mayores y Universidad Popular que los recoge la «popular» Marta Torrado. Los ediles díscolos llevarán la sección de Patrimonio que será para Badenas (no confundir con Patrimonio Histórico), y Herrero, Gestión Patrimonial, áreas éstas de poco relumbrón bajo las órdenes de la titular del área, Julia Climent (PP).