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Educación

El error del Gobierno: “Piensa en los padres y la conciliación, no en el desarrollo curricular, los niños son el último mono”

Profesores, padres, pediatras y pedagogos debaten cómo ha alterado el coronavirus la educación: ¿Es un derecho, la educación telemática una fuente de desigualdades y la escuela, un “guarda-niños”?

Día 53 en la capital del estado de alarma por la crisis del Covid-19
Los pies de unos niños se asoman por su balcón durante el día 53 del estado de alarma por la crisis del Covid-19Marta Fernández JaraEuropa Press

El Gobierno está difundiendo las primeras claves de sobre cómo será el progresivo y lento regreso a las aulas. Aunque por ahora son directrices vagas, que además las Comunidades Autónomas pueden readaptar a su realidad, lo cierto es que no satisfacen a nadie. En primera instancia, el Ministerio de Educación prevé para finales de mayo la incorporación voluntaria de alumnos de educación infantil, es decir hasta los 6 años, cuyos progenitores deban acudir de forma presencial a sus trabajos, así como de los niños de primaria y Secundaria con necesidad de refuerzos y los estudiantes de 4º de la ESO, 2º Bachillerato o 2º de FP que han de prepararse para superar sus respectivas pruebas.

Ramón Font, portavoz de USTEC, sindicato mayoritario de los profesores

“El regreso en grupos de 15 alumnos y con horario partido es impensable”

Para el colectivo docente, esta medida se opone “al principio de precaución, ya que los niños -sobre todo los menores de 6 años-, son un colectivo asintomático, de manera que se presentan como un gran vector de contagio, y además cuanto más pequeños son los niños más complicado es que puedan seguir las instrucciones y normas de seguridad para evitar el contagio”, señala Ramon Font, portavoz del sindicato USTEC. Califica como “precipitado el abrir el grifo de las escuelas cuando aún hay 80 mil casos activos de coronavirus”. Para Font, además, permitir el regreso a las aulas solo de los escolares de educación infantil, cuando el problema de conciliación al que se enfrentarán las familias, afecta a todas las edades y grados de Primaria. “Desde el 12 de marzo, antes de que se decretara el estado de alarma, estamos solicitando que se dé un permiso retribuido a uno de los dos progenitores, al menos, cuando ambos trabajen y los niños aún sigan con la educación a distancia”.

Font considera “inviable” que el profesorado puede llevar a cabo simultáneamente clases telemáticas para aquellos alumnos que aún no pueden regresar a las aulas y presenciales para aquellos que sí estén autorizados. “El profesorado trabaja estos días más que nunca y es imposible que puedan compatibilizar ambos tipos de educación a la vez”, sentencia. Respecto a la posibilidad de que a partir del mes de septiembre el regreso sea en grupos reducidos, de apenas 15 alumnos por aula, tal y como sugiere el Ministerio de Educación, lo que obligaría a que una parte de alumnos esté trabajando presencialmente y otra parte, telemáticamente, es también “impensable”. “O se contrata profesorado o los docentes tendrán que hacer el doble de una jornada laboral", dice. "Y los alumnos en lugar de hacer un curso entero, harían solo la mitad del temario”, añade.

Andreu Navarra, Universitat Oberta de Catalunya (UOC)

“¿Se podrá proteger a los niños cuando no se ha podido proteger a los médicos?”

Andreu Navarra, profesor colaborador de los Estudios de Arte y Humanidades de la UOC, plantea la cuestión en términos más de base. Y es que para él, el regreso progresivo a las aulas que plantea el Gobierno “no se basa en un desarrollo curricular, sino que es un tema de conciliación familiar”. “La escuela parece más un guarda-niños; los críos son el último mono”, indica Navarra, quien además considera que, a nivel sanitario, “no estamos en el momento de volver a la escuela”. “¿Se podrá proteger a los niños cuando no se ha podido proteger a los médicos?”, se pregunta el profesor, quien además cuestiona los “criterios con los que se decidirá qué niños pueden volver a la escuela y cuáles no”.

Navarra coincide con Font al señala que “es insostenible que los profesores tengan que simultanear las clases telemáticas con las presenciales” y va más allá al asegurar que “las clases a distancia no funcionan”. “Éstas no son una solución y lo que hacen es agravar problemas que ya existían en el ámbito de la educación y éstas además no tienen contenidos”. El profesor de la UOC considera que “las medidas que se están llevando a cabo no son aplicables”. “Se buscan soluciones rápidas a cosas que no tienen una solución rápida, pero en cualquier caso, si diseñamos parches, al menos que éstos sean aplicables”. “La enseñanza a distancia puede contribuir a incrementar las desigualdades”

Belén Tascón, presidenta de la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos de Cataluña (FaPac)

“Las clases telemáticas agravan las desigualdades”

Pero el descontento hacia estas medidas no solo proviene del colectivo docente, sino que los padres de niños en edad escolar tampoco las aprueban. Belén Tascón, presidenta de la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos de Cataluña (FaPaC), apunta al respecto que es cuanto menos cuestionable que “los niños menores de seis años, cuya escolarización no es obligatoria, en principio puedan volver a las aulas a finales de mayo por un tema de conciliación familiar, pero los alumnos de Primaria, cuya escolarización sí que es obligatoria, no puedan hacerlo aunque en casa estén en la misma situación”. Es por ello que Tascón propone “primero, esperar a que el Departamento de Educación de instrucciones claras; segundo, que si se trata de conciliación familiar se tengan en cuenta todos los niveles educativos, porque los niños de Primaria tampoco se pueden quedar solos en casa; y por último, que la educación a distancia no se acabe convirtiendo en una medida estructural, porque no es algo en lo que creamos”.

Para Tascón, las clases telemáticas pueden acabar agravando las desigualdades que ya existen entre alumnos y más si hubiera que seleccionar quiénes pueden regresar al aula y quiénes no. Esa idea no es del agrado de la FaPaC porque “puede contribuir a incrementar esas desigualdades y además no garantiza el derecho a la educación”, pero si hubiera que recurrir a esta medida por motivos sanitarios, propone “decidir qué alumnado va a la escuela en función de su vulnerabilidad y no de su edad”.

Pepe Serrano, pediatra y miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Catalana de Pediatría

“Los niños se contagian, enfermam y pueden ser vectores de transmisión”

Si bien el criterio sanitario es el más esgrimido por el Gobierno para justificar su plan de desescalada en materia de educación, el testimonio y valoración de estas medidas por parte de los pediatras no siempre va en la misma línea. Así pues, Pepe Serrano, pediatra y miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Catalana de Pediatría, comenta, siempre a título personal, que “si bien desconozco qué ha llevado a la administración proponer estas medidas, lo que está claro es que los niños se contagian, enferman y pueden ser vectores de transmisión, así que juntar a hipotéticos vectores, es un riesgo”. Además, como pone de relieve Serrano, “los niños de 0 a 6 años son incontrolables y es muy difícil que cumplan estrictamente las tres medidas básicas de seguridad y prevención: llevar mascarilla, mantener la distancia de seguridad y lavarse las manos”.

En este contexto, Serrano recuerda que “existe el derecho a la salud de todos y el derecho a la enseñanza de los niños, pero el hecho de abrir las escuelas para poder dejar allí a los niños mientras los padres van a trabajar deja atrás ambos derechos”. En este sentido, Serrano, considera que “ante todo debe primar la salud de todos y si finalmente los niños pueden volver a la escuela, ha de ser para poder cumplir con su derecho a la enseñanza, no para ir a pasar allí las horas”. "Habrá que dar un voto de confianza a los expertos, pero si éstas son medidas precipitadas no basadas en criterios epidemiológicos, podrían ser muy peligrosas”, advierte.