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Cultura

Baby Yoda, el éxito que no supo crear la saga «Star Wars»

Baby Yoda, la criatura de la serie de televisión «The Mandalorian» que triunfa en las redes sociales. Es pequeño, pero ya apunta más edad que el Yoda de «El imperio contraataca»
Baby Yoda, la criatura de la serie de televisión «The Mandalorian» que triunfa en las redes sociales. Es pequeño, pero ya apunta más edad que el Yoda de «El imperio contraataca»larazon

Resulta que el año de la culminación de «Star Wars», con el estreno del noveno filme de la saga, «El ascenso de Skywalker», ha triunfado Baby Yoda, que es un personaje que no tiene nada que ver con las películas, sino con la serie de televisión «The Mandalorian», que en España se estrenará en marzo o por ahí aproximadamente. No está exento de ironía que los «spin-off» sean lo mejor que está dando una franquicia que lleva precipitándose por el más monótono y desesperante de los aburrimientos desde hace ya varias secuelas y precuelas, aunque los estudios no se den por aludidos y, por lo que parece, tampoco tienen demasiado interés por enterarse, porque eso del «merchandising» debe dar un montonazo de pasta y a eso no renuncia ni el más bendito. Lo que ocurre es que después de tanta espada láser, tanto Halcón Milenario, tanto lío familiar entre padres e hijos, tanto Jedis y Sith, tanta Primera Orden y todo lo que venido y ha llegado después, lo único que ha atraído la atención del público es esta historia marginal de la factoría Disney. Una serie que es similar a un «spaghetti-western», pero tal cual, sin ninguna exageración, protagonizada por un personaje con la estética de Boba Fett, pero que es como un Clint Eastwood con poncho y pistola, vamos, de aquella buena época de Almería.

El director J.J. Abrams y compañía (los estudios, los productores o quien sea) se han dejado la sustancia gris y parte de la masa capilar en hacer unas cintas que contenten a todos con el consecuente y evidente fracaso entre los fans y el hastío del resto, lo que desde luego tiene mérito. En cambio, el acierto ha venido por esa otra galaxia, no tan lejana, que es la televisión, y de la mano, para más escarnio, de Jon Favreu. Y muchos se dirán que quién es ese fulano. Pues nada menos que el director de «Iron Man» y «Iron Man 2», y, también, el actor que interpreta al mayordomo de Robert Downey Jr. en dicha saga. Vamos, que la salvación de «Star Wars» ha venido de la mano del chaval que se estaba ocupando de uno de los taquillazos de la Marvel. El tipo ha sido suficientemente lúcido para haber rescatado, nunca mejor dicho, el universo Star Wars apelando a su mundo, pero dejando la impresión en el personal de que están viendo otra cosa, no se sabe el qué, pero algo distinto. Eso sí, no renuncia a los guiños (que no a la nostalgia, que es lo que hace J. J. Abrams, o sea una mala administración y gestión de los recuerdos de los espectadores). Y en uno de esos aciertos de éxito imprevisible se ha desmarcado con un hallazgo oportuno, un gancho para los seguidores de Vader y su tropa que, a día de hoy, todo sea dicho, se sienten defraudados: un yoda pequeño, un Baby Yoda. Eso no se le había ocurrido a nadie y ahora el bicho está reventando las redes. El muñecajo, por lo que se lee, ha salido por cinco millones de dólares, pero por el ruido que está montando, hasta los puede valer. Aquí ya hay alucinados que reflexionan sobre por qué la criatura ha despertado tanto interés y algunos (hay que tener ganas de pensar en nimiedades) han sugerido que la clave está en los ojos negros. Pues será eso. O no. La cuestión es que parece que el lado de la fuerza está más con la originalidad y que eso de la copia, la imitación y el «reboot» es terreno abonado para el lado oscuro y sus secuaces.