Hacer de la necesidad virtud. Una de los artistas que lo ha entendido a la perfección es el violinista checo Pavel Sporcl, que ha tenido la felicísima idea de ofrecer recitales desde el salón de su casa, eso sí, por un módico precio. Y lo explica: “Desafortunadamente, es obvio decir que esta situación se ha vuelto crítica para muchos de quienes trabajamos en la industria de la música. En la República Checa han cerrado los teatros y salas de conciertos, y están prohibidas las reuniones de más de 10 personas. Todos hemos perdido un montón de compromisos que teníamos firmados", cuenta

Él ha perido, de momento, su repleta agenda: "Debería estar ahora tocando en California, después tendría que ser jurado de un concurso para seguir, posteriormente, interpretando por otras ciudades. Pero la realidad con el coronavirus es otra. Dios sabe cuánto va a durar esto y cuándo se normalizará la situación. Pasará tiempo, me temo. Mientras tanto, todos perdemos dinero y hemos de hallar formas de recuperarlo. Y yo he decidido poner en práctica una iniciativa y ver si funciona”, explica. A Sporcl no le ha podido ir mejor. Decidió compartir su intimidad y montó en el salón de su vivienda una improvisada sala de conciertos. Apenas con un móvil, un micrófono, su violín y mucho talento atrajo a 2.000 personas en directo. La sorpresa le llegó al día siguiente cuando comprobó que el ensayo había tenido más de 50.000 visitas.

Sporcl pidió que la gente le enviara imágenes de cómo habían asistido al concierto: muchas de las fotografías que le llegaron eran de gente en pijama; otros se habían vestido muy elegantes para la ocasión. Hasta de los hospitales había grabaciones. Se ha convertido en un fenómeno con una única actuación. Hubo muchos espectadores que le preguntaron cómo podían pagarle. “A menudo se espera de los músicos que actúen de forma gratuita, pero todos tenemos que ganarnos la vida. No sirve de nada sentarse en casa diciendo que el mundo nos da la espalda, que no tenemos oportunidades. Pongamos en marcha la imaginación y aprovechemos la tecnología que nos rodea y el poder de las redes sociales. Preparar un concierto no es tarea baladí, lleva su tiempo si quieres ofrecer lo mejo. Yo, por el momento, ya he comprado una cámara de vídeo para que la retransmisión tenga mejor calidad. Si bien hay momentos en que las transmisiones gratuitas de conciertos pueden ser de interés para los músicos creo que la música y los músicos se devalúa si se lo freces al público de manera gratuita. Quienes deseaban pagar por mi actuación de días atrás también entienden que unos euros les van a implicar más, que van a formar parte así de algo bello en medio de la terrible y preocupante situación en que vivimos”, cuenta.

De ahí que haya decidido ofrecer dos conciertos a la semana, el próximo miércoles será el primero. Y el resto de semanas serán los martes y viernes con un precio que rondará los 7 euros que se pueden adquirir en su web. Ya ha venido cientos de tickets lo que le reafirma en su idea de que la imaginación y la implicación del público es fundamental. “Para el próximo incluiré la “Chaconne” de Bach, algunos de los caprichos de Paganini y una obra mía, “¿Dónde está mi patria ?”, variaciones sobre el himno nacional checo. Incluso no descarta ofrecer conciertos completos con acompañamientos enlatado. “Quién sabe si así podremos crear nuevas audiencias. Incluso si no es así, espero que sea un precedente para ayudar a mis compañeros músicos y ofrecer consuelo al público”.