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Aute, el pintor que admiraba a Romero de Torres

La pintura fue la primera disciplina artística a la que se dedicó un creador que jamás quiso estar adscrito a movimiento alguno
LA RAZÓN
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Aute recorrió todas las esferas de a creación. Las pateó una por una sin arrogarse protagonismo. Se lo daban, pero él no se lo tomaba. El cine, las letras, el teatro. La pintura y la escultura también. Empezó muy joven en las artes y nunca dejó a un lado ninguna de ellas, aunque la primera, quizá con la que se empleó fue la pintura. No era de tendencias ni de grupos. Lo suyo era un arte que le nacía. Nunca abandonó la paleta en su estudio casi siempre se encontraba un cuadro con el óleo fresco, una obra por concluir.
En 1960 inauguró su primera exposición en la galería Alcón de Madrid. Era entonces un chaval que daba tientos, pero que prometía. Fue un éxito. A estas le seguirían individuales y colectivas. No se podía embridar el arte del cantatutor. Nunca abandonó os pinceles y recaló en Buades, en Moriarty y en Bat, las tres, salas de Madrid que le expusieron. No faltó tampoco una muestra en una galería holandesa, Weehvis Neumen o en Cuba, una tierra que le era muy cercana. Ni tampoc la feria ARCO, una cita con el arte a la que no faltaba, bien como pintor o bien como interesado en el arte.
Entre Córdoba y Málaga
Para él, según contó hace unos años en una entrevista, Romero de Torres era un tótem, un pintor que le agradaba especialmente, quizá porque le sugería, porque hallaba en él lo que a Picasso, decía, se le escapaba, que era lo que el pintor de la mujer morena, cordobés (tierra donde había nacido el abuelo paterno de Aute) dejaba por decir. Y entre los dos, la evidencia del de Málaga, y la ensoñación de Romero de Torres, se quedaba con éste, sin que le cupiese la menor duda.
“Respeto mucho a los artistas que se dedican a una sola disciplina, una palabra que odio porque no hay nada más contrario a la creación que la palabra disciplina", apuntaba cuando su obra estuvo expuesta en Cuba, y se definió entonces como “un indisciplinado de las disciplinas”. Cuando cogió los pinceles, decía “lo hice con mucho color, pero después el servicio militar le arrancó el color por completo” y solamente lo recuperó después de una larga temporada. Y añadía: “Escribir, pintar, hacer música es una forma de saber quién es uno, de encontrar respuestas y hacerse preguntas”.

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