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Danza

Bailarines y coreógrafos se reivindican en el Día de la Danza

El sector aprovecha su jornada internacional para mostrarse como un arte “plenamente autónomo” y para alzar la voz

Dicen que cuando hay un “día internacional” de cualquier disciplina, malo; que es sinónimo de que dicho sector o grupo de personas necesita reivindicarse en medio del mundanal ruido de un día a día que no les hace todo el caso que debería. Con esas, se podría aplicar esta “norma” en la danza, que mañana, 29 de abril, celebra su “dichoso” día. Una jornada en favor de una disciplina que no ve reflejado su sacrificio en las páginas que ocupan, por ejemplo, en los medios. “Mea culpa”. Aunque, sin ocultar lo obvio, pasamos por tiempos en los que las peticiones son otras, como mostrarse como un arte “plenamente autónomo”. Así lo recoge la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), la única sociedad en España que gestiona y defiende los derechos de autor de los coreógrafos (1.500 socios, en este caso).

“Más que nunca, necesitamos bailar con un propósito; para recordar al mundo que la humanidad aún existe. La danza es libertad y a través de nuestra hallada libertad debemos liberar a los demás de las trampas a las que se enfrentan en los distintos rincones del mundo”, subraya Gregory Vuyani Maqoma, coreógrafo encargado del mensaje internacional de esta edición.

Como recoge la SGAE, “la coreografía es una actividad artística de naturaleza autoral” y, por ello, el sector reivindica “que sea reconocida como disciplina autónoma, aunque pueda coexistir con otras expresiones como el teatro y la música”. De este modo, la entidad expresa su firme compromiso por fomentar el conocimiento y explotación de las obras coreográficas y trabaja en el desarrollo de nuevos servicios y prestaciones que posibiliten a los autores afrontar los retos del sector en el siglo XXI.

Sobre la defensa de la autonomía, María Pagés, coreógrafa y miembro de la junta directiva de la entidad, destaca un reciente hito del colectivo: “He trabajado, junto a otros compañeros, en la redacción de un texto definitorio de nuestra labor creativa orgánica, para hacerle justicia y asentar su independencia respecto a otras disciplinas afines (...) Orgánicamente era preciso y necesario este paso para conseguir el reconocimiento como lo que somos (...) Se ha introducido en el reglamento una nueva definición de coreografía como obra autoral, más acorde a la realidad actual de nuestro sector. Dicha modificación supondrá un importante avance para nuestro colectivo dado que la coreografía dejará de depender de la música o de un texto literario, y pasará a ser reconocida por sí misma como obra de creación”, explica la autora.

Pero, evidentemente, la SGAE no camina sola en este Día Internacional de la Danza: más de cien coreógrafos y agentes culturales han reivindicado en una carta “un futuro viable para el sector ante los efectos catastróficos de la pandemia”. Los firmantes (los primeros espada de esto) se unen para solicitar a las instituciones “un plan de acción para salvar el tejido empresarial del sector de la danza, como parte esencial de la industria cultural de este país”. Una comunidad de profesionales que, en cifras, se compone de más de 300.000 personas que realizan 155.000 representaciones públicas al añopara 50 millones de espectadores y que genera un movimiento de capital de unos 1.000 millones de euros al año.

En la carta “En defensa de la danza”los artistas ponen sobre la mesa reivindicaciones históricas como el pacto de Estado de Cultura, la Ley de Mecenazgo y el estatuto del artista. Además de plantear reflexiones y necesidades urgentes surgidas en el contexto actual de la crisis del coronavirus. Entre ellas, la búsqueda de soluciones dignas para prevenir la destrucción de la danza como parte de la arquitectura cultural y simbólica de España y un calendario de trabajo compartido que culmine en un plan de decisiones concretas, como que los escenarios sigan vivos y que los festivales continúen programando en parques y plazas. En palabras del colectivo, “la tentación de enlatar la danza y encerrarla en las casas, como se hizo con el cine, sería letal para las artes vivas y también para la emoción estética”.

Por su parte, el Ballet Nacional de España y la Compañía Nacional de Danza han propuesto celebrar este día desde casa. Los directores Rubén Olmo y Joaquín de Luz han animado a compartir en redes sociales un vídeo mientras se baila con la música del “Bolero” de Ravel. Recuerdan desde estas organizaciones las palabras de Nietzsche: “Deberíamos considerar un día perdido aquel en el que no hayamos bailado”.

Con el fin de compartir la libertad que otorga bailar, ofreciendo una ventana a todos a los que el estado de alarma mantiene confinados, los bailarines y los maestros del Ballet Nacional de España y la Compañía Nacional de España han participado en los vídeos que las dos compañías compartirán el día 29 de abril en sus perfiles en redes sociales. En el caso de la CND, la música elegida es la “Suite número 3 en do mayor para cello”, de Johann Sebastian Bach, BWV 1009. Por su parte, el BNE ha optado por el tema “Asturias”, de Isaac Albéniz, interpretado por la cantante coreana Youn Sun Nah. “Es una versión internacional de un potente símbolo de nuestra tierra”, explica Olmo.

Y, como continúa Gregory Vuyani Maqoma en su mensaje: “A medida que bailamos, dejando caer y uniendo nuestros cuerpos, nos convertimos en una fuerza de movimiento tejiendo corazones, tocando almas y proporcionando la curación que es tan desesperadamente necesaria. El desafío se convierte en una sola danza, invencible e indivisible. ¡Todo lo que necesitamos ahora es bailar un poco más!".