#culturaencasa: De la desgarrada historia de amor de Yves Saint Laurent a los ahora tan lejanos veranos madrileños con verbenas de Jonás Trueba

En mitad de secuoyas, nenúfares, desproporcionadas flores tropicales, paredes amarillas y puertas color añil se esconde el recuerdo de dos personas que una vez se quisieron. El día en el que Pierre Bergé conoció Yves Saint Laurent hacía una mañana joven y hermosa. “Librabas tu primera batalla. ¿Cómo iba yo a imaginar que cincuenta años más tarde estaríamos aquí, cara a cara, y que yo me dirigiría a ti para un último adiós? Es la última vez que te hablo, la última vez que puedo hacerlo. Muy pronto tus cenizas llegarán a la sepultura que te espera en los jardines de Marrakech”, relata el cofundador de la casa de moda de Yves Saint Laurent y pareja del modisto durante más de media vida en la primera carta con la que se abre este delicado y desnudo conjunto de confesiones epistolares. En “Cartas a Yves”, la figura del diseñador se dibuja a través de las palabras del amado, por lo que resulta difícil encontrar un atisbo de reproches o desaprobaciones a destiempo. Sin embargo, el empresario no elude la descripción de episodios contradictorios fruto del extravagante y en ocasiones delirante carácter de Saint Laurent. Con todo, este libro es una bellísima despedida desbocada y una extraordinaria forma de acercarse al talento de alguien que supo desafiar los códigos estéticos de toda una época. De alguien que era tan francés “como un verso de Ronsard, como una pieza de Ravel”.

Diego Escriche, Patricia Ferragud, Salvador Frasquet y María Gea son un grupo de valencianos que hacen música. Pero de la buena. De esa que suena distinto pero al mismo tiempo familiar. Su estilo se enmarca dentro del género del pop con reminiscencias de “new wave” pero lo cierto es que sus canciones poseen unos matices sonoros tan tremendamente personales que resulta complicado encasillarles dentro de un único camino. El tema “La Luz” es una de las joyas imprescindibles de este disco.

La ciudad de Madrid alberga tanta vida que ni siquiera en un mes como agosto es capaz de apagarse. El vacío de los parques y lugares transitados durante el año, el asfalto de las calles derritiéndose armónicamente, la desidia estival y la ligereza de las Fiestas de la Paloma se convierten en los mejores aliados estéticos de Trueba en esta hechizante historia de tiempo, generaciones y deseos. Tanto la mirada intelectual y filosófica del cineasta madrileño, tan presente siempre en su cine y en esa particular manera de hablar y sentir por boca de sus personajes, como la interpretación de la actriz Itsaso Arana, quien da vida a una joven treintañera cuya eventual vida en Madrid durante el verano parece quedar suspendida en un limbo emocional de redirecciones, oportunidades y cambios, resultan sencillamente deslumbrantes. El único riesgo que corren todos aquellos gatos que la vean, es la caída vertiginosa en la tentación de querer reconciliarse con ese Madrid caluroso y nocturno de disfrute, sudor, libertad, banderines y cerveza. Algo que por el momento y para desgracia de muchos, tendrá que esperar.

Desde los diferentes espacios de conquista que las mujeres han conseguido en materia de derechos humanos, hasta el papel desempeñado por muchas de ellas en las áreas deportivas. En el polifacético espacio digital de “Kariatide”, creado por la periodista Silvia del Río, son múltiples los enfoques utilizados para la divulgación del feminismo en términos conceptuales, sociales, artísticos e históricos. El nombre de este proyecto remite a la simbología de las cariátides. Unas enormes esculturas con forma de mujer que aguantaban el peso de los templos en la Antigua Grecia. Algo similiar al soportado en la actualidad. Atrévanse a investigar y descubrir este lugar repleto de actualidad y mirada crítica, pensado para el encuentro y la proyección de una voz, la femenina, cuyo volumen ha estado escuchándose bajo durante demasiado tiempo.

Disponible en: https://kariatide.es/que-es-kariatide/

A pesar de que la artista Mária Švarbová estudiara arqueología y restauración, sus intereses artísticos terminaron llevándola por el serpenteante mundo de la fotografía y el diseño. En sus obras, tratadas y muy depuradas cromáticamente, explora la psicología del sujeto y se aleja de los parámetros convencionales del retrato. Esta serie de la colección “Swimming pool” que exhibe virtualmente la galería Alberto Cornejo es uno de los mejores ejemplos de su talento y una interesante manera iniciática de acercarse a su obra. La amplitud de los espacios panorámicos y la focalización en figuras a veces aisladas, en ocasiones acompañadas, confieren a la propuesta de Švarbová un espíritu hopperiano de lo más atrayente.

Disponible en: www.galeriabat.com