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Niños Mutantes se asoman a las “Ventanas” en su nuevo disco

La banda de Granada publica un álbum con cinco productores y el objetivo de “desmutantizarse”
Adrián N. Maesso

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Su carrera ha sido muy sorprendente. Niños mutantes son unos veteranos de la escena que han conseguido el reconocimiento tardíamente. Lejos de creerse en posesión de ninguna verdad, publican “Ventanas” con la intención de “desmutantizarse”, para lo que se ponen en los brazos y cabezas de hasta cinco productores diferentes. Nani Castañeda explica el proceso y también lo premonitorio del título, ya que durante dos meses han sido nuestro principal contacto con el exterior. “La verdad es que sí. Con lo que ha pasado, el momento de los aplausos ha sido curioso. Sales con tus hijos y conoces a gente que en diez años que llevas viviendo en casa no habías visto en tu vida. Las ventanas sirven para ver hacia afuera pero también hacia adentro. Y ese era el sentido del disco. Las canciones son ventanas a través de las cuales la gente nos puede conocer, puede saber lo que opinamos de algunas cosas, del mundo y del amor y de la vida. Pero al revés, también. Una canción siempre es una ventana de ida y vuelta”, explcia el batería.
Las ventanas del móvil, del ordenador y de la televisión tenían prestigio. Las ventanas físicas estaban un poco menospreciadas, pero las hemos redescubierto. “Efectivamente. Estaban incluso denostadas, era socialmente feo que te pillaran mirando por la ventana. Y era como negativo. No miras al de enfrente porque es de mal gusto. Pero ahora descubrimos que las ventanas y los patios de vecinos lo que hacen es vivir en comunidad. Y llevamos dos generaciones viviendo de ventanas hacia adentro, sin compartir espacios comunes. Ha tenido que llegar una pandemia para darnos cuenta de que, sin eso, no somos nada”, añade. Debido a la maldita emergencia, todas las actuaciones del grupo previstas para este año están siendo reubicadas.
Para el músico, la generación que ahora tiene entre 35 y 45 años va a recapacitar. “Nosotros no hemos vivido la guerra ni la dictadura apenas. Somos unos privilegiados y bueno, nos viene bien valorar las cosas”. En el caso del disco, las ventanas de las que se habla no son todas necesariamente las del salón, las que dan a la calle y enseñan la enorme televisión. Algunas ventas de las que cantan en el álbum son de patio interior, de contradicciones. “Estoy de acuerdo. Las letras no las escribo yo, sino Juan Alberto, pero yo estoy con casi 24 horas... (ríe). Así que sí, tienen que ver supongo con la observación de conductas que todos tenemos y que no son las que nos gusta enseñar, pero que siempre puedan tener una lectura tanto personal como general”.
En cuanto a lo musical, el grupo no tenía ninguna perspectiva. “Reinventarnos. Cada disco para nosotros debe ser un esfuerzo de superación personal. Íbamos a hacerlo con el máximo número de productores posibles y, aunque al principio nos parecía una locura a nosotros mismos, fuimos eligiendo productores. Pero en nuestra forma de actuar está la de no tener vergüenzas ni egos”, afirma Castañeda.
Por eso se fueron a cinco estudios diferentes con cinco equipos de producción distintos, los de Ángel Luján, Raúl Pérez y el tándem formado por Carlangas y Anxo de Novedades Carminha, y Christina Rosenvinge y otra pareja, la pareja formada por Noni López y Javier Doria de Lori Meyers. Allí se obró la “desmutantización”, sin pasar por el local de ensayo, buscando en la improvisación registros que nunca antes habían tocado: aires electrónicos, sudamericanos y hasta bailables. Es conveniente abrir las ventanas todos los días.

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