Corrupción en la Ópera de Torino
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Escándalo en la lírica italiana del que toda la prensa se hace eco. Desde las primeras horas del jueves 28, se están investigando supuestos delitos cometidos en la Ópera de Torino. Dos empresas, incluida una agencia artística suiza, y cuatro personas son objetos de la investigación, que extiende sus actuaciones a las provincias de Turín, Asti, Milán, Fermo y Ancona. La operación, llamada “Spartito”, está siendo realizada por policías de la Unidad de Policía Económica y Financiera de Turín, por delegación de la fiscalía local (procuradores Enrica Gabetta y Elisa Buffa ) en relación con algunos asuntos problemáticos en la gestión de la Fundación Lírica del Teatro Regio de Turín.
La ayuda concedida por una sociedad “amiga” del Teatro Regio de Turín para sobreponerse a sus deudas ha despertado las dudas de la fiscalía de la región, quien ha encargado a la Gendarmería Financiera una investigación sobre las cuentas del Regio. Se alude a presuntos casos de corrupción y abuso de poder por parte de William Graziosi, antiguo director del teatro italiano, la concesión de licitaciones irregulares, contratos manipulados y la resolución amañada de concursos públicos.
La investigación abarca varios frentes: el primero, el vínculo entre Graziosi y la agencia suiza de representación artística Ariosi Management, que supuestamente aumentó considerablemente su volumen de negocio tras un contrato con el Regio; la adjudicación a personas cercanas a Graziosi de la campaña de marketing del Regio; el historial de un empleado de la Fundación del Teatro, Roberto Guenno, quien en poco tiempo pasó de ocupar un puesto como corista a miembro de la dirección del teatro en el departamento de innovación y desarrollo.
Según apuntan los últimos informes, Guenno, supuestamente, habría asignado un servicio de marketing a una empresa milanesa de estudio de mercado y sondeos de opinión –la agencia Profili– tras haber manipulado la licitación de manera que no favoreciese a otros participantes. Al parecer, según los medios italianos, se habría llamado a declarar a William Graziosi, a Roberto Guenno, a un apoderado de la agencia artística suiza y a otro de la empresa de marketing.
La designación de Graziosi para dirigir la ópera, el 24 de abril de 2018, fue propiciada por la alcaldesa Chiara Appendinoa pesar de la fuerte oposición de la Región y otras instituciones. Un choque que causó una fuerte división dentro de la junta directiva con la renuncia de algunos concejales. En la presentación de temporada 19/20, los trabajadores y abonados del Regio abuchearon a Graziosi y a la alcaldesa de la ciudad, quienes se negaron a contestar públicamente a las preguntas de los periodistas en la rueda de prensa.
Hace un año, tres directores de escena y artísticos -Giancarlo del Monaco, Hanning Brockhaus y Ezio Frigerio -denunciaron la dudosa gestión de William Graziosi ante los medios italianos. Según los artistas, nunca vieron sus contratos con el teatro o no se cumplía lo pactado. Además, advertían de un modus operandi ambiguo en su anterior gestión en el Teatro de la Ópera de Astaná de Kazajistán, ligándola a una agencia artística. Estos hechos fueron reflejados en su momento en este diario. Curiosamente la agencia Profili, ahora investigada, tiene una representante del citado país.
Todo ello con el teatro cerrado por el coronavirus, un actividad en “streaming” y en medio de la selección de nuevos directores de administración y técnico. La ópera a veces no sólo está en el escenario.