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Literatura

Princesa de Asturias

Un Premio para el reencuentro de la literatura

El Festival Internacional del Libro de Guadalajara y el Hay Festival fueron galardonados ayer con el Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades

Un hombre observa un libro durante la Feria internacional del Libro en Guadalajara, México
Un hombre observa un libro durante la Feria internacional del Libro en Guadalajara, MéxicoCarlos ZepedaEFE

Existen mil y un motivos para conceder un reconocimiento a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) y al Hay Festival of Literature & Art, pero es significativo que el jurado (presidido por Víctor García de la Concha) del Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2020 haya elegido las dos citas por «representar importantes puntos de encuentro». Después de haber pasado momentos de encierro y soledad durante casi tres meses (tampoco olvidemos que seguimos inmersos en la pandemia), los cuerpos piden socializarse. Han sido semanas de confinamiento, de reflexión y, también, de mucha lectura, sin embargo, ya apetece volver a reunirse en aquellos lugares en los que antes lo hacíamos sin apenas valorarlo. Y qué mejor que en unos eventos en los que libros, escritores, lectores y, en definitiva, cultura se dan la mano para fomentar los buenos hábitos entre los públicos más variados y «contribuir decisivamente a fortalecer las industrias culturales y hacerlas sostenibles», proseguía el fallo del galardón.

De esta forma, los Princesa de Asturias, después de haber premiado la labor de los sanitarios en la crisis de la COVID-19, continúan sin dar la espalda a la situación y ponen en relieve la importancia del reencuentro aquí y allá; en Guadalajara (México), donde escritores de todo el planeta se unen para asistir a uno de los eventos anuales más importantes de la literatura hispana y la segunda feria de libros más grande del mundo después de la de Fráncfort, en Alemania; pero también la difusión que lleva a cabo el Hay Festival por América, Europa y Oriente Próximo, donde se convocan a lectores, escritores, músicos y cineastas. Un evento, recordemos, que se originó en 1988 en una pequeña localidad galesa conocida como «la ciudad de los libros» (ya que sus 1.800 habitantes disfrutan de más de 40 librerías), Hay-on-Wye, lugar desde el que daría el salto a España (Segovia), México, Colombia, Perú, Croacia y Emiratos Árabes Unidos.

Así recibía Peter Florence, director del Hay, la noticia: «He visto que este premio lo han ganado grandes instituciones como El Prado y The Royal Society, y nosotros, que nos sentimos humildes, estamos asombrados», reconocía el director de un festival que este año se ha celebrado de una manera bien distinta a la habitual. «La forma en que todo el sector cultural y educativo está tratando de afrontar la nueva realidad demanda de innovación y sentido de renovación y ahí es donde siempre se halla la cultura, porque tiene que renovarse a cada momento. Ahora necesitamos responder a la crisis escuchando a escritores que cultivan un sentido de renovación e imaginación». Por su parte, la directora de la edición española del Hay Festival, María Sheila Cremaschi, hablaba del premio como «un triunfo de todos los segovianos», además de que los cambios adquiridos a raíz de la crisis sanitaria del coronavirus dejarán su huella en un certamen que enfocará su próxima edición en «la celebración de la naturaleza». «La ciudad lo merece y es un logro de ella», sentenciaba la alcaldesa de Segovia, Clara Luquero.

Al otro lado del Atlántico, Izara García, coordinadora internacional para México, Colombia y Perú del Hay Festival se mostraba «supercontenta porque es una gran reivindicación del poder de la cultura como engranaje social y, siendo un poquito más cursis, de como alimento para el alma». Y continuaba apuntando que «estar junto a la Feria de Guadalajara que es el otro gran evento cultural en español es un gran honor» por ser eventos que no solo generan cultura, sino también diálogo e impulsan el campo de las industrias culturales», afirmaba.

Desde la FIL, su presidente, Raúl Padilla López, destacaba que este reconocimiento «apuntala y consolida una labor ininterrumpida de 34 años en favor de la industria editorial de Iberoamérica, los lectores de habla hispana y el diálogo intercultural», reconocía de un festival formado por universitarios «con espíritu de convicción social» y que para este año, «aun en los escenarios más pesimistas, podremos hacer una gran feria con el mismo número de autores, escritores y pensadores».

A su vez, la directora de la FIL Guadalajara, Marisol Schulz, en declaraciones telefónicas a LA RAZÓN, cuenta cómo se enteró de la noticia «muy temprano por mensajes de algunos amigos»: «Es una emoción incontrolable, sobre todo, por el momento que estamos viviendo y aunque no pueda ser compartida con mi equipo. No puedo abrazarlos y brincar con ellos». Reconoce Schulz que el galardón «es una forma de reconocer la importancia de eventos de esta magnitud tanto el Hay como la Fil. Es el entendimiento de la importancia de los lugares de encuentro del libro con sus lectores, con el gran publico y el reconocer la importancia de la literatura y toda la producción cultural». A la vez que «poner en valor las industrias culturales lo que aportan a la sociedad en un momento como ahora, cuando muchos de estos encuentros se han tenido que cancelar. Es un reconocimiento también a todos los que no se han podido realizar por las circunstancias que todos conocemos».