Sidecars: «El sector de la música se siente abandonado»
Publican hoy «Ruido de fondo», un disco reconfortante y esperanzado que presentarán en teatros, su ecosistema antes de pandemia
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Vuelven, «para sentirnos útiles», con disco nuevo en el año más extraño de nuestras vidas. Sidecars lanzan «Ruido de fondo» (Warner), un álbum reconfortante y esperanzador. Nada que ver con el paisaje de 2020. La idea de Juancho, Gerbass y Ruly es presentarlo en teatros, en una gira que arranca en diciembre y un ecosistema al que se han acostumbrado y que les encanta. Pero a la luz de la experiencia mejor no dar nada por seguro.
–Sacar un disco y no saber cómo se va a tocar en directo es dejarlo algo incompleto.
–Juancho: Cierto, ese es el drama que vivimos. Lo hemos podido sacar y ya es mucha felicidad, pero llevamos meses retrasando la gira, cambiando los planes. Hemos diseñado 4 giras diferentes y ahora queremos hacer una de teatros y tratar de grantizar que sea segura dentro de las posibilidades. Nos hemos quitado de aforos de pabellones que íbamos a hacer por primera vez en nuestra vida para poder tocar. Tenemos esa esperanza
–En Tomavistas todo estaba en regla, pero...
–J.: Lo que pasa es que tenemos que salir e intentarlo. No vamos a dejar correr el tiempo. Todas las predicciones se han equivocado, así que no tenemos ni puta idea de lo que puede pasar.
–Gerbass: Lo de Tomavistas fue una jugada de los políticos, porque se cumplían los protocolos. Pero somos un gremio bastante abandonado. Y vamos a demostrar que nuestra forma de hacer cultura es mucho más segura que otra cosa. Es más seguro que meterse en el Metro de Madrid. Y mucho más enriquecedor.
–Hay sensación de maltrato.
–J.: sin duda somos un sector un poco abandonado pero somos conscientes que en un momento tan crítico como el que hemos vivido, y en el que se estaba muriendo mucha gente... entendemos que el ocio se ponga a la cola de prioridades. Pero a medida que se ha ubicado todo hay que buscar soluciones. Reclamamos un poco más de atención.
–G.: Quizá este sector estábamos en un momento de miles de festivales y conciertos y ahora se ha demostrado era cosa más de cantidad que de calidad. Y hay que tener cuidado, porque no son solo los músicos, sino miles de autónomos. La crisis es estructural. Todos lo estamos pagando.
–Ruly: poner a la música el valor que tiene que tener. Siempre hemos sido los titiriteros y no es un trabajo considerado como tal. Necesitamos reconocimiento para la música como profesión.
–El disco es pre-pandemia y se nota. Cuando lo escuchan ahora, ¿qué piensan?
–J.: Está compuesto de muchas historias, no es conceptual, como el anterior. Y cuando estábamos escuchan do las mezclas nos parecía que los textos hablaban del presente. Es una casualidad, pero todo el mensaje del disco es «no te rindas, que puedes con todo». Ha sido una coincidencia maravillosa. Creo que va a servir para acompañar a mucha gente.
–Lo presentan en teatros. De la necesidad, virtud.
–G.: Llevamos un tiempo defendiendo que el teatro está un poco olvidado para el rock. En muchos países es habitual, no significa que se haga un acústico. Nosotros le perdimos el miedo al teatro y lo hemos hecho nuestro. Pretendemos que en todos los discos haya una parte de gira en esos recintos. En este caso nos ha servido para jugar otras cartas y, en vez de hacerlo al final, lo haremos al principio. Pero nos planteamos llevar hasta el verano que viene el formato de gente sentada.
–¿Qué les da el teatro?
–J.: Para empezar, estamos acostumbrados a ir a un concierto a cantar y bailar. Y en los teatros la gente escucha. Parece una tontería pero no lo es. También cantan y bailan, hay momentos para todo. Pero el silencio, la sincronización que se produce... es diferente. En un festival hay mucha gente que también es muy grande. Pero en el teatro la gente calla y se emociona. Nos encanta.
–¿Puede ser un cambio de modelo a la fuerza para la música en directo?
–J.: lo positivo puede ser que la gente se acostumbre a verla de otra manera. Que se fomente otro tipo de...
–G.: Un consumo más cultural y «cultureta» que festivo. Mucha gente va al concierto y está más pendiente del pastillazo.
–R.: Es como vestir de esmoquin. Dentro del maltrato que sufre el sector, es bueno. Y es un formato disfrutón.