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Los secretos y caprichos que Kanye West ha revelado sin querer en sus contratos

El rapero recibió 23,8 millones de dólares solo en adelantos de Universal, compañía a la que acusa de “esclavista”, según lo ha revelado involuntariamente al difundir sus contratos en redes sociales

Kanye West aspira a la presidencia americana
Kanye West aspira a la presidencia americanaMichael WykeAP

Estuvo toda la tarde llevando a cabo un ejercicio de transparencia que terminó con uno de sus Gramys en el retrete recibiendo una lluvia de orina. Kanye West, candidato a la presidencia estadounidense, tuvo un auténtico “rally” de transparencia y publicó más de cien folios de contratos de diversas épocas entre GOOD Music (que él creó en 2004), Def Jam y Universal, la compañía que adquirió esta última. Al mismo tiempo, West lanzaba acusaciones al sello y a la industria de la música en general (también mencionaba a Sony) a los que tildaba de “compañías esclavistas”, saco en el que también metía a la NBA, donde las estrellas son casi todas afroamericanas. En todo caso, a la luz de lo establecido en los contratos, si el artista quería presentarse como oprimido, realmente ha conseguido mostrar lo contrario.

West, aficionado a la NBA (acude a ver partidos y se sienta en los carísimos asientos a pie de pista) y estrella musical, inició una campaña para movilizar a los artistas que están bajo contratos abusivos por parte de los sellos discográficos. En un gesto sin precedentes, que podría acarrearle problemas legales por difundir los contratos a más de 30 millones de seguidores en Twitter e incumplir la confidencialidad, West hizo público de todo: desde una renegociación de 2005 con Roc-a-Fella hasta detalles de “Watch the Throne” y “Cruel Summer” hasta la estructura de GOOD Music. Todo un galimatías legal pero también una mina para quien quiera comprender cómo funcionan los contratos entre los artistas y los sellos en esa escala masiva.

El principal objetivo de West, según ha revelado él mismo en su larga serie de tuits es el de recuperar sus “masters”, es decir, los originales de los discos y sus derechos, y poder explotarlos sin intermediarios, percibiendo el cien por cien de los derechos de autor. Esta es una necesidad que se ha vuelto más acuciante en tiempos de pandemia, cuando los músicos apenas pueden actuar en directo. Sin embargo, tal y como él mismo ha revelado, West publicó esos álbumes después de haber recibido generosos pagos de Universal en concepto de adelantos y costes de grabación que pretende dejar fuera de la ecuación y presionar públicamente a la compañía para obtenerlos gratis.

23,8 millones en adelantos

Según ha ha hecho público el rapero, percibió nada menos que 12 millones de dólares para “Yeezus” (4 millones destinados a grabar y producir el trabajo) y para “The Life Of Pablo” 6 millones más (3 de ellos para costes de grabación). Para “Late Registration” y “Watch The Throne” recibió otros 2,3 y 1,2 millones respectivamente, lo que suma 21,5 millones solo en adelantos, a lo que habría que sumar ingresos en derechos de autor. A estas cantidades se podrían sumar los 2,8 millones que recibió de Def Jam (subsidiaria de Universal) para “College Dropout”. En ese sentido, las condiciones de West para “Yeezus” y “Pablo” son de las privilegiadas en el sector ya que su parte de “royalties” en algunos tramos ascendería hasta el 50 por ciento de los beneficios, algo realmente al alcance de pocos.

Tres meses en París

Pero no solo eso: la esclavista Universal se hizo cargo de algunos caprichos, como la residencia de Kanye en París durante la grabación de ese enorme trabajo que fue “Yeezus”. El artista se instaló en París durante unos meses de 2013, entre el 1 de enero y el 10 de marzo, y la factura total ascendió a 493.000 dólares, unos 7.100 dólares diarios. Por esa razón, West superó los costes previstos para la producción del disco en 1,5 millones, algo que ha tomado por costumbre con el resto de trabajos: le pasó con “Cruel Summer” (1,3 millones más de lo presupuestado para el disco y 1,5 millones más para la película) y eso que una cláusula establece en todos los casos que podía quedarse con el sobrante de lo presupuestado en costes.

West también percibió extras como medio millón de dólares por “Late Registration”, al convertirse en triple platino y otros 750.000 dólares por entregar el disco en el plazo previsto, algo que a lo largo de su carrera no ha sido demasiado frecuente.

De hecho, según ha publicado “Variety”, West tiene ya una relación con Universal como la que tanto pide, es decir, de fabricación y distribución. Según los contratos, Universal distribuye “Ye” y “Jesus is King”, pero sus masters son propiedad de West. Este no sería el caso de sus exitosos “Yeezus” y “The Life of Pablo”, sus grandes éxitos y que son el origen del enfado del artista. En cualquier caso, el rapero redujo la duración de la cesión de los masters a 20 años, cuando lo habitual son 35. Es más a este respecto, resultan peores las condiciones con Roc-a-fella, el primer sello con el que West publicó su primer disco, “The College Dropout” (2004), y propiedad de Jay-Z, a quien cede “a perpetuidad” las cintas originales.