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5 datos que no sabías de María Antonieta en el aniversario de su guillotinamiento

El 16 de octubre de 1793, tras ser enjuiciada por el pueblo francés del que fue Delfina, María Antonieta fue guillotinada sin querer recibir la extremaunción

El primer retrato de María Antonieta pintado por la artista en 1778
El primer retrato de María Antonieta pintado por la artista en 1778La RazónArchivo

Aunque el debate histórico sobre su figura sea permanente y los expertos no hayan llegado a un consenso firme sobre qué historia es la válida: la de la Reina déspota que respondía a los pobres que comieran pasteles si no tenían pan, o la de la niña que fue obligada a crecer a pasos agigantados y se vio, de repente, en el trono más poderoso del mundo antiguo, lo cierto es que la figura de María Antonieta de Habsburgo-Lorena es interesante por los cuatro costados.

Llevada al cine en varias ocasiones, siendo la más recordada la fantasía pop que dirigía Sofia Coppola y protagonizaba Kirsten Dunst, la vida de la que llegó a ser Delfina de todos los franceses tuvo varios episodios sorprendentes. Todos ellos, eso sí, encontraron su final el 16 de octubre de 1793 cuando, tras sacarla de la prisión a la vera del Sena en la que se encontraba confinada junto a su esposo y Rey de Francia, Luis XVI, fue sometida a la justicia de la guillotina.

1. No quiso recibir la extremaunción

Antes de enfrentarse a su destino histórico y después de tener conciencia de la ejecución de Luis XVI, María Antonieta escribió a la hermana de este: “Acabo de ser condenada, no a una muerte honrosa, sino a la que se reserva sólo para los criminales, pero voy a reunirme con vuestro hermano”. Esta decepción explícita bien puede explicar porque se negó a recibir la extremaunción pero también a confesarse ante el sacerdote constitucional que había sido puesto a su disposición. Fue enterrada en el cementerio de la Madeleine con la cabeza entre sus piernas, pero fue exhumada en 1815 para recibir un servicio de Estado.

2. Pisó a su verdugo antes de morir

En un clima donde la tensión era irrespirable y el pueblo francés revolucionado se encontraba sediento de sangre real tras años de abusos sistemáticos, María Antonieta tropezó en la subida de las escaleras que la llevarían a la muerte. Esto hizo que cayera encima de su verdugo y le acabara pisando: “Disculpe, señor, no lo hice a propósito”, cuenta que dijo el cuaderno de ejecuciones.

3. Su verdadero amor fue Hans Axel de Fersen

Explorada y explotada en épocas más recientes, la relación de Hans Axel de Fersen con la reina ha dado cabida a muchas teorías y elucubraciones sobre su naturaleza real. Lo cierto, o al menos lo que cuenta un Hans Axel que sí era históricamente cercano a la corte, es que fue su amante durante años y no era extraño verle en Versalles acompañando a la monarca. De hecho, y aunque el rey de Suecia le apartó de la reina para evitar males mayores con la corona francesa, ambos mantuvieron una correspondencia que se extiende desde 1779 hasta el mismo 1793 en el que María Antonieta sería ejecutada.

Otro de los retratos de Vigée-LeBrun a María Antonieta
Otro de los retratos de Vigée-LeBrun a María AntonietaLa RazónArchivo

4. En su boda fallecieron 30 personas

Antes de ser repudiada y abucheada, incluso en su camino a la guillotina, María Antonieta fue recibida como una futura reina de Francia en un clima bastante menos propicio para la revolución. De hecho, los registros históricos cuentan que en su enlace con Luis XVI las celebraciones aglutinaron a cerca de 30.000 personas por las calles de París. La acumulación de gente y los disturbios asociados a la fiesta, provocaron la muerte de alrededor de 30 personas, la gran mayoría aplastadas y asfixiadas por la marabunta.

5. Pudo conocer a Mozart

Aunque este dato ha sido puesto en duda por muchos historiadores, no son pocos los que haciendo cuentas y revisando los cuadernos de viaje del compositor y su familia documentan el hecho. En octubre de 1762, cuando Mozart contaba apenas 7 años de edad acudió con el resto de su familia a tocar el clavecín a la corte de Viena. Algunos van más allá y cuentan que hubo una interacción amistosa entre ambos niños, pero este dato no goza de las suficientes fuentes como para ser contrastado.