Asturias, vanguardia de la poesía
Graciano García se ha propuesto hacer de la «tierrina» la capital mundial de los versos con un proyecto que busca centralizar todas las miradas del planeta cada 21 de marzo
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La idea, fundada en sólidas razones, es tan sencilla en su pensamiento como única en el mundo: hacer que una tierra y sus ciudadanos celebren cada año, y por todo lo alto, el Día Mundial de la Poesía. Un llamamiento que hace el periodista jubilado Graciano García para convertir Asturias en una fiesta, principalmente de la cultura, pero también en un gran proyecto «de libertad, educación y belleza». Una empresa en la que une «la grandeza de las ideas sencillas» para movilizar a un pueblo y demostrar «lo lejos que puede llegar el espíritu humano cuando le anima el deseo de añadir belleza y esperanza a la tierra».
Así, García opta por que cada 21 de marzo –día en que la ONU convoca al mundo a celebrar el día de la Poesía– los libros de poesía y los versos, «con tanta frecuencia marginados» –añade–, salgan a la calle para que Asturias sea vanguardia en la celebración y, a su vez, se convierta en su capital mundial. Ese es el primer y gran objetivo delproyecto. Porque, continúa su promotor, «la poesía, como ya sabían en la Antigua Grecia, influye en el corazón ético y moral del hombre, en cada individuo y en la sociedad entera. Guarda las emociones y los sueños de los pueblos, y los impulsa hacia el futuro, creando, haciendo, sembrando. Es el idioma de la humanidad». Como escribió el politólogo francés Maurice Duverger, los pueblos necesitan grandes ideales colectivos para ir al encuentro de la tierra prometida. La grandeza de los hombres y de los pueblos se mide por la cultura que poseen. Un país sin proyectos ilusionantes, una nación que no lee, no puede progresar.
Por ello, García insta a la conjunción de la «tierrina» con los versos, la democracia, la libertad y la concordia para «ilusionar»: «Hacen falta proyectos que ilusionen, que nos unan, que nos alejen del enfrentamiento y del miedo, porque la poesía es una antorcha encendida en medio de la niebla que dificulta ver con claridad el camino». Acude así a León Felipe para declarar a los poemas «fuego» y alejarla de músicas y medidas.
Reconoce García que, tras conocer el proyecto en toda su dimensión, una importante personalidad –que no revela– dijo: «Esta es una iniciativa que, siendo local en origen, supera por su universalidad y hondura cualquier proyecto cultural del que yo tenga noticia». Palabras que le impulsan en su empeño de, como los viejos y diestros marinos, «tener el coraje y salir del puerto seguro, navegar en el mar abierto y disfrutar del gozo de la navegación. Es importante tener un sueño que cumplir para llenar de vida a la vida».
Sin salir de León Felipe, el periodista recuerda que «la poesía ilumina al mundo» como la voz más antigua de la tierra que es. El género literario supremo y el más milenario que «enseña a descubrir y a admirar la belleza, porque ella es la belleza misma. Es decir, enseña a vivir. En este tiempo amenazante también podemos aprender a cultivar lo que hasta ahora considerábamos alejado, cosa de otros. La poesía, por ejemplo. Puede enseñarnos a dar un sentido noble y profundo a la vida. La poesía llena de vida a la vida y engrandece la virtud más grande del ser humano: la esperanza», afirma García.
Ya lo dijo el gran escritor Amos Oz, «donde no hay poesía triunfa el mal», belleza, luz y versos están unidos; «al mundo le faltan versos y le sobran fanatismo, violencia», escribió Julián Marías, y otros males que están en la mente de todos. «La poesía educa la sensibilidad y nos abre a otros mundos interiores. Nos invita a amar más intensamente la vida», continúa García antes de dar paso a Lorca, quien aseguró que la poesía «es una alerta a la sociedad». Y hay que estar despierto, porque sin conocimiento, sin ideas, sin libros, sin poesía, un día podemos descubrir que nos han robado la esperanza. El todo.