Literatura infantil
“Mi Lazarilla, Mi Capitán”: cuando lo cotidiano se vuelve extraordinario
Gonzalo Moure convierte un hecho cotidiano en algo único a través de su último libro para niños
Pocas cosas podrían ser más convencionales y cotidianas que un viaje, diario, de casa al cole. Pero cuando lo cuenta Gonzalo Moure y lo ilustra María Girón, lo habitual se convierte en algo único. El libro “Mi Lazarilla, Mi Capitán” (Editorial Kalandraka) nació, como la mayoría de los grandes relatos, de un hecho real. Gonzalo Moure, visitaba una escuela en Las Palmas cuando vio a una niña y a su padre de camino al colegio. Ella llevaba un parche en el ojo y él un bastón blanco. Y la niña lo guiaba. Moure se quedó observando la escena y al final, cuando se despidieron, se quedó con la tristeza del padre al separarse de su pequeña lazarilla.
Los protagonistas avanzan “por una selva de luces y sombras. Y de sonidos”. En esta selva hay un escarabajo (Volkswagen), un león (Seat), un panda (Fiat) y un impala (Chevrolet). La niña, que lleva la voz del relato, habla de orgullo, de felicidad y de cosquillas de mar. Recorre el camino con otra mirada, la de su padre, que le enseña cómo mirar lo cotidiano y cómo ver la magia en lo ordinario. Lo interesante, y aquí es cuando se ve el trabajo conjunto de ilustración y palabras, es que hay algunas claves más allá de lo visible. El mensaje de “usar otra mirada” también es visible más allá de las palabras. Si observamos las ilustraciones, en todas las páginas hay un mono azul, el único animal que se repite. Este mono representa el aspecto juguetón y raro (por lo azul) de hacer único cada día.
La única página en la que no aparece ningún animal, ni siquiera el mono azul, es cuando el padre ya dejó a la niña y regresa a casa. Aquí la ilustración pierde los tonos vivos, el lado lúdico y la voz de la niña afirma: “Siempre pienso que cuando vuelve sin mi, camina triste. Faltan cinco horas y volveremos a reír”. Y entonces, en la última página, en el reencuentro, regresa el mono azul ( y uno verde, otro amarillo y un cuarto mono rosa). Ha vuelto la alegría. Otro detalle para destacar es que mientras el padre y la niña tienen rostros definidos, el resto de los humanos no: carecen de boca, ojos y nariz. El mensaje entonces es obvio: somos nosotros los que le damos sentido…a los sentidos. Mi Lazarilla, Mi Capitán es un libro a partir de los 5 años y hasta los 99. Uno de esos relatos sencillos pero que no son simples. En absoluto.
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