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El lado oscuro del lujo saudí

La autora afirma que «nos hemos vuelto dependientes de los petrodólares y por eso se hace la vista gorda a muchas cosas»
La escritora Clara Sánchez
©Gonzalo Pérez MataLa Razón

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Clara Sánchez advirtió que las visitas de los jeques y la familia real Saudí a España convertían a Marbella en un espacio surrealista donde «se mezclaba lo cotidiano y el derroche, los bikinis y el velo». Le llamó la atención esa mezcla de lo normal con el éxito; del lujo con el poder, y, sobre todo, «cómo esa ciudad europea siempre estaba esperando a dicha gente frotándose las manos para poder sobrevivir, porque con ellos llegaban mil personas, cuatrocientos Mercedes y aviones privados». Pero lo que más atrajo su curiosidad fueron las mujeres que los acompañaban, vestidas de Gucci y Dior, pero que siempre permanecían tapadas y en segundo plano. Se preguntó quiénes eran, quiso saber más de ellas y de cómo vivían, y descubrió con sorpresa que a lo mejor no eran tan felices como muchos creían y que el fasto de su alrededor podía ser una cárcel de oro. Sobre esa realidad, escribió «Infierno en el paraíso» (Planeta), una novela que saca a relucir la vida que llevan muchas de esas esposas. «Estas mujeres son supervivientes. Tienen que salir adelante en un mundo sin derechos», comenta la escritora.
Estos hechos le han servido de guía para contar la vida de Amina, una princesa que todavía es joven, y que suspira por ponerse unos pantalones cortos y que un chico la bese. Pero también va sobre todo lo que es capaz de hacer por alcanzar ese momento. «Es una denuncia de lo que sufren algunas princesas árabes. Desde 2000 sabemos que unas pocas han intentado huir. Viven en una dependencia sentimental y social brutal. En el caso de mi protagonista se ve. Lo que parece que va a ser “Las mil y una noches” se convierte en un relato de terror. Ella solo desea vivir como una muchacha normal».
Occidente y el Golfo Pérsico
Clara Sánchez imagina el palacio de la familia real saudí en Marbella. Describe fuentes de oro, la seda, los ornamentos, los patios, el servicio y las habitaciones que a muchos les gustaría conocer. Pero la escritora ha desplazado la luz de este exotismo a un segundo plano para revelar el lado oculto de esta riqueza. «Venían aquí a dejar los petrodólares, pero a cambio estaban recibiendo algo. En Marbella se han operado encuentros entre gente de muy alto nivel». Y este es uno de los temas esenciales de su obra: «Todos nos hemos vuelto dependientes de estos petrodólares, de esa riqueza, de ese petróleo. Occidente ha hecho la vista gorda frente a muchas cosas solo por la dependencia que se tiene de las riquezas del Golfo Pérsico. Es así. La gente de Marbella dependía de las vacaciones de los jeques porque les solucionaba la economía durante mucho tiempo».
Para Clara Sánchez, parte del papel que juegan estas mujeres es cubrir una necesidad, la que siente todo ser humano. «La atracción del lujo y la comodidad excesiva se pueden convertir en una trampa. El poder, al final, frustra, y el exceso acaba cansando. Lo vemos siempre cuando un hombre ha alcanzado el poder. Luego lo que persigue es el amor, aunque sea pagando. ¿Qué es lo que quieren muchos? Que alguien les diga que son queridos. Las personas consideran que si obtienen poder luego puedes conseguir lo siguiente, y eso es el amor». Para Sánchez, mucha «gente poderosa lo que quiere es ligar» y piensa que «lo que más desean es el afecto». Y argumenta: «Obsesionarse con el dinero es una pérdida de tiempo porque no te lo puedes llevar contigo al morir. Puedes llenar el armario de alta costura, como estas chicas, pero llegará un día que te cansará».
Según la novelista, estas mujeres viven en un ambiente nada envidiable. Es una corte donde existen las ambiciones, los celos y las intrigas. «Es la otra cara del lujo». Asegura que «lo que anhelan muchas de ellas es cierta capacidad para decidir», como la protagonista de su obra, que intenta fugarse para conocer cómo es la vida fuera del palacio. «Lo importante es la capacidad para tomar sus propias elecciones. Muchas veces vivimos otras vidas porque no somos conscientes de que podemos decidir. Más allá del velo, está el deseo de una libertad interior. Esto es lo que se juegan estas personas. Pero la libertad cuesta mucho. No sale gratis».