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Estreno

Crítica de “El olvido que seremos”: solo un médico al lado de la vida ★★★★☆

El olvido que seremos es una película dramática de 2020, dirigida por el español Fernando Trueba y basada en la novela homónima del colombiano Héctor Abad Faciolince. Fecha de estreno: 7 de mayo de 2021 (España)Director: Fernando TruebaAdaptaciones de: El olvido que seremosGuion: Fernando Trueba, Héctor Abad Faciolince, David TruebaPremios: Premio Goya a la mejor película extranjera de habla hispana
El olvido que seremos es una película dramática de 2020, dirigida por el español Fernando Trueba y basada en la novela homónima del colombiano Héctor Abad Faciolince. Fecha de estreno: 7 de mayo de 2021 (España)Director: Fernando TruebaAdaptaciones de: El olvido que seremosGuion: Fernando Trueba, Héctor Abad Faciolince, David TruebaPremios: Premio Goya a la mejor película extranjera de habla hispanaLA RAZONLA RAZON

Director: Fernando Trueba. Guion: David Trueba (Novela de Héctor Abad Faciolince). Intérpretes: Javier Cámara, Aída Morales, Patricia Tamayo. Colombia, 2020. Duración: 136 minutos. Drama.

En blanco y negro y traducida al italiano, pero sigue siendo el mismo Pacino y la misma película, «El precio del poder» (Brian de Palma). Un título brutal, de tipos inmorales y una violencia parecida a la que padece de manera rutinaria Colombia, donde la justicia la admistran los sicarios descerrajando varios tiros por la espalda. A políticos, periodistas, escritores, médicos... En el Turín de 1983, el joven Héctor recibe una llamada para que regrese a Medellín porque su padre, Abad Gómez (enorme Javier Cámara, con o si acento), profesor universitario y activo defensor de los derechos humanos, debe jubilarse porque así lo exigen. Un nuevo flash back nos lleva más de 11 años atrás, cuando nace en el pequeño Héctor ese amor y admiración sin mancha hacia un profesor eminentemente bueno, volcado en su numerosa familia (formada, en abrumadora mayoría, por mujeres, una debilidad, la de los clanes felices, ruidosos y femeninos, muy Trueba, como ya plasmaba en «Belle Epoque»). Porque mientras en la calle impera la salvaje ley de Tony Montana, de puertas para adentro las normas están guiadas por la tolerancia, el papel clave de la educación y la búsqueda de la belleza. Y he ahí con toda intención la segunda referencia cinematográfica, esa «Muerte en Venecia» decadente de Visconti. Todo se precipita, sin embargo, cuando tras una tragedia el doctor decide volcarse definitivamente en las causas sociales y políticas. Algo que no le perdonará una sociedad que cierra los ojos mientras mueren sus desnutridos niños por las aguas sucias y las calles se llenan de sábanas piadosas para tapar los cadáveres. Hay mucha sensibilidad en la cámara de Trueba, mucha delicadeza mientras la historia lo permite, y un respeto hacia el biografiado sin fisuras. pero, y aun cuando sea un verso de Borges, algunos hombres y mujeres no serán nunca olvidados. Y, menos, por sus desconsolados hijos.

Lo mejor

La delicadeza y sensibilidad con que se narra la historia y Cámara, grande con el acento que sea

Lo peor

Saber de antemano cuál fue el final de este idealista doctor; son, estas, escenas desgarradoras