5 obras para recordar y despedir a Caballero Bonald

El mundo de la cultura española se ha quedado hoy en silencio ante la muerte de José Manuel Caballero Bonald, uno de los últimos, principales y mejores representantes de la generación de los años 50. El poeta, nacido en Jerez de la Frontera en 1926, ha fallecido a los 94 años, provocando una intensa reacción en el panorama social y cultural y dejando al universo literario un gran legado tanto poético como narrativo o crítico. Entre poemarios, memorias, ensayos, artículos, novelas y antologías, la selección de alguna obra para recordar al autor se antoja tan difícil como injusto. De esta manera, el autor, que llegó a publicar más de 10 libros de poemas y unas 5 e impecables novelas, destaca por su gran producción literaria, así como su obra se sigue presentando como un baúl abierto pero con un fondo aún por descubrir.

“Las adivinaciones” (1952)

Fue el primer poemario que publicó Caballero Bonald y uno de los que le comenzaron a llevar hacia lo más alto del universo literario, de la misma manera que “Memorias de poco tiempo” (1954) o “Anteo” (1956). Esta obra supuso una superación de la poesía de su época, obteniendo un gran reconocimiento por parte de la crítica y con el que alcanzó un accésit del Premio Adonáis.

“Las horas muertas” (1959)

Caballero Bonald recibió el Premio Boscán y el de la Crítica de poesía castellana por “Las horas muertas”, poemario en el que lanzaba al lector preguntas esperanzadoras e impacientes sobre el futuro. El autor es recordado como gran contribuyente a la hora de sentar las bases del realismo crítico en nuestro país, característica bastante reflejada en estas páginas.

“Ágata ojo de gato” (1974)

Una de sus novelas más destacadas y que goza de más éxito hasta la fecha. En esta obra, Caballero Bonald aborda uno de los temas que más le ocuparon durante su vida artística: el parque natural de Doñana. Como gaditano y hombre de su tierra, refleja en este libro una conciencia ecológica sobre los manejos especulativos en torno a dicha zona natural, entregándose a su defensa a través de un cuidado e impecable lenguaje.

“Tiempos de guerras perdidas” (1995)

Además de poeta y novelista, el jerezano fue un excelente memorialista, y esto se ejemplifica tanto en esta obra como en su continuación: “La costumbre de vivir”. Caballero Bonald recorrió en estas páginas su vida con la prosa de un poeta y el pulso de un novelista. Evocando olores, colores y recuerdos, el poeta narró su memoria desde su nacimiento hasta su llegada definitiva a Madrid.

“Manual de infractores” (2005)

Con esta publicación, una de las últimas de Caballero Bonald, volvió a sorprender e hipnotizar al lector. Ofreció una nueva fase en el desarrollo de su obra, formulando una poética más madura y alcanzando sus más sólidos objetivos humanos y estéticos. Asimismo, gracias a esta obra el autor volvió a destacar como un poeta único, basándose en la desobediencia para hacer un análisis crítico hacia el convencionalismo y lo banal de la vida.