Muere a los 80 años Anne Rice, la escritora vampírica

Decía Anne Rice que el hecho de no creer en nada la hacía más fuerte de lo que uno podía imaginarse. Tal mentalidad libre y abierta la llevó a lo largo de una vida exitosa, tremendamente interesante, en que sí que creyó en una cosa: en su propio trabajo literario, con el que alcanzó un extraordinario éxito internacional gracias, en buena parte, a una serie de trece novelas sobre vampiros llamada “Las crónicas vampíricas”. Había nacido el 4 de octubre de 1941 en Nueva Orleans con el nombre, muy masculino, de Howard Allen O’Brien –pero ella se hizo llamar Anne desde pequeña; también escribió bajo diversos seudónimos como Anne Rampling o A.N. Roquelaure– y pronto sufriría la muerte de su madre; esta moría en 1956 y Anne se marchó a Richardson, en el estado de Texas, por traslado laboral de su padre, que era funcionario de correos. Allí conoció a Stan Rice, con quien se casó en 1961, época en la que la pareja decidió mudarse a California, después de que ella abandonase la Universidad de Texas Woman’s College para estudiar Filosofía y Letras en la Universidad de San Francisco, doctorándose en 1972 en Escritura Creativa.

Ese año es terrible, pues muere de leucemia su hija Michelle, que había nacido en 1966, cuando la pareja –Stan escribía poesía y daba clases en la citada universidad– se había trasladado a Berkeley. Momento clave, en lugar clave, porque Anne Rice empieza a dedicarse con intensidad en la literatura, con su primer libro, “Entrevista con el vampiro” (1976). Dos años más tarde, tiene a su hijo Christopher, en la actualidad también literario; el mismo que ha dado la noticia de la muerte de su madre, por complicaciones derivadas de un derrame cerebral. Llevaba más de veinte años siendo viuda, otro instante decisivo para ella, pues tras la muerte de su marido Rice decidió volver a la Iglesia Católica, en 1998, girando su pensamiento, primero cristiano, luego ateo y de nuevo católico, e incluso anunció que no escribiría más sobre temas sobrenaturales; en todo caso, se consagró a libros acerca de la vida de Jesucristo, como “El Mesías: El Niño Judío” (2005) y “Camino a Caná. El Mesías” (2008).

La sangre sensual

Antes de tal conversión religiosa, había realizado otra serie de tres novelas titulada “Las brujas de Mayfair” (1990-1994) y mucho más tarde retomaría sus historias fantásticas, con ángeles y hombres lobo, en 2015 con “El príncipe Lestat”. Aquí aparecía su personaje más importante, el que había aparecido en “Entrevista con el vampiro”, en que un joven investigador entrevista a Louis de Pointe du Lac, un vampiro de 200 años oriundo de Luisiana que había sido seducido por Lestat, quien lo había transformado en vampiro como alternativa a la muerte (el relato transcurría entre los siglos XVIII y XIX). El libro sería llevado al cine en 1994 por el director Neil Jordan, con los actores Brad Pitt, Antonio Banderas y Tom Cruise. Se llevaba a la gran pantalla, así, un ambiente gótico y de horror, con vampiros sedientos de sangre y, también, de lujuria, pues el elemento erótico y con insinuaciones homosexuales también era preponderante.

Otros títulos de la serie disfrutarían de adaptaciones, tanto en Hollywood, caso de “La reina de los condenados”, con mucha peor suerte de público, como en Broadway. Sin duda, estas historias serán clave para que en nuestro tiempo hayan proliferado tantísimo la narrativa vampírica, cada vez más orientada al lector, y espectador, juvenil, con obras como “Crepúsculo”. El quid de la cuestión para Rice era presentar unos vampiros que han estado entre los humanos durante milenios, en Europa y Norteamérica. Sin embargo, Rice también abordó otros géneros, como las novelas de ambientación histórica o de misterio: títulos como “La fiesta de Todos los Santos” (1979), “Un grito en el cielo” (1982), “La momia o Ramsés el condenado” (1989), “El sirviente de los huesos” (1996) o “Violín” (1997) dan buena prueba de ello. Cabe decir que su última obra había sido “La comunidad de la sangre”, de 2018, que se incluiría dentro de las “Crónicas Vampíricas”.