Crítica de “Salvajes. El cuento del lobo”: todos somos animales ★★★★☆
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Dirección y guión: Álex Galán. Música: Pedro Acevedo. Fotografía: David Rodríguez Muñiz. España, 2022. Duración: 81 minutos. Documental.
Lo sabes, hay películas que verás con el corazón en un puño porque deben incluir escenas dolorosas, crueles, y entonces tomarás partido aun sabiendo que el tema resulta delicado y complejo, que lo mismo estás muy equivocada. Dicen en este equilibrado, medido y muy duro documental (el «Salvajes» del título, con todo, me parece un absoluto acierto) que el lobo es un depredador que arruina las vidas de los ganaderos, de los pastores, de, por ende, centenares de familias que viven de la crianza de ovejas, vacas, cabras, gallinas, y dicen también que debe ser aniquilado. Porque se trata de un depredador, repiten, que ataca para subsistir, para no morir de hambre, mientras que los seres humanos cazan para alimentarse o para colgar la cabeza de un león que se llenará de polvo con los años en la pared de casa. Bien. En Asturias, desde montañas lejanas, peligrosas, el lobo ataca de nuevo mientras varios hombres que luchan cada día también por sobrevivir se quejan al sentirse indefensos y optan por el autogobierno. Por coger una escopeta o veneno y buscarlo en el monte. Pero hay más protagonistas de la historia: fotógrafos, guardas, naturalistas. Uno de estos últimos asegura que alguien le deja a las puertas de la cabaña una bala cada cierto tiempo para recordarle que quizá no cojan al lobo, pero puede que a él sí. Como en un western donde muchos quieren imponer la ley del más fuerte, el filme refleja un conflicto social que pervive durante décadas en España. A título personal, en opinión de una urbanita acostumbrada a los animales domesticados, que duermen y comen y juegan entre nosotros, quiero pensar que un término medio es posible. Reforzar los cercos cerrados, ayudas ministeriales, el diálogo. Sí, me pesa el apellido y creer que para mí todos los animales merecen una vida digna. Todos.
Lo mejor: se trata de un documental duro, seco y que da voz a los dos extremos enfrentados
Lo peor: que el ser humano aún intente arreglar una situación así hablando de «exterminio»