Buscar Iniciar sesión
Sección patrocinada por
Patrocinio Repsol

Jaque mate a los «criptofamosos»

Yuga Labs, la compañía que está detrás de los monos aburridos, peludos y coronados, se enfrenta a una demanda colectiva por estafa
La compañía Yuga Labs se ha convertido en una de las más destacadas del universo NFT a raíz de la serie «Bored apes» («Monos aburridos»)
La RazónLa Razón

Creada:

Última actualización:

Son monos aburridos. Con corbata, flequillo, casco, destellos o parches oculares, escudos y corona, pero (¿qué importa el aspecto?) notoriamente aburridos. Yuga Labs, la compañía que les ha creado y difundido a lo largo y ancho del planeta, los apoda de la misma manera, en inglés «Bored apes». Y es que no son más que monigotes caracterizados, simios vestidos y humanizados, que si no fuera por la especie, pero sí por las expresiones y las sensaciones que emanan, serían perfectamente asemejables a la catarata de imágenes que a diario se suceden por las redes sociales. En palabras más técnicas, se trata de uno de los NFT más famosos de los mejores tiempos de esta burbuja. Desde que Beeple subastase su «Everydays: the first 5.000 days» por 69 millones de dólares –cifra que superaría a un original de Caravaggio–, el universo de los NFT o «Token no fungibles» se ha hinchado hasta límites alarmantes para el mercado del arte. En junio de 2021, una imagen pixelada de Larva Labs se vendió por 9,2 millones de euros, por no hablar de la copia digital de «Tondo Doni», de Miguel Ángel, que alcanzó la cifra de 140.000 euros. Son tan solo ejemplos, cantidades, para expertos –ante todos los excépticos a nuevas olas–, desorbitadas, y a veces incluso trucadas. Y es precisamente en este sentido en el que han saltado recientemente las alarmas: Yuga Labs, la compañía que está detrás de los monos aburridos, peludos y coronados, se enfrenta a una demanda colectiva por estafa.
El foco no solo se centra en los creadores de estos NFT, sino que el caso se ha mediatizado por incluir nombres que no son desconocidos. En el proceso judicial figuran personajes que promocionaron estas imágenes digitales, que participaron en la hinchazón de esta burbuja, y que también tendrán que enfrentarse a esta demanda. Se trata de Justin Bieber, Paris Hilton, Madonna, Snoop Dogg, The Weeknd, Post Malone, Jimmy Fallon, Gwyneth Paltrow o Serena Williams. Nada menos. Según los demandantes, los ejecutivos de Yuga Labs negociaron con Moonpay –aplicación de comercio de criptomonedas– y un gerente de talentos de Hollywood para aprovechar ese filón incontestable de las redes sociales: promocionar, vender, difundir, sin dar explicaciones. Alegan que utilizaron (y pagaron) a celebridades de dicha talla para obtener patrocinios ilegales, inflando de esta manera –y de forma artificial– el valor de los NFT en cuestión. «La campaña promocional de los demandados fue un gran éxito, generando miles de millones de dólares en ventas y reventas. Los patrocinios de celebridades y las promociones engañosas pudieron aumentar artificialmente el precio de los NFT, lo que provocó que los inversores compraran estos productos a precios drásticamente inflados», afirman en la demanda. Es por ello que se ha decidido sentar unos límites al desenfrenado cajón sin fondo que representan las redes sociales. Que ciertos famosos de alto rango –ahora podríamos apodarles como «criptofamosos aburridos»– han visto llamada su atención puesto que no todo cabe en la cartera, y que el engaño trasladado a lo material puede desencadenar en un fraude valorado en la friolera de millones de dólares.