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Arturo Fernández: «Asumo el IVA de mis funciones»

Rubén Mondelo
Rubén Mondelolarazon

Si alguien merece el premio al mejor actor fuera del escenario, ése es Arturo Fernández, que lleva décadas y décadas interpretando, sin descanso, el papel de galán cada vez que sale de casa. Eso, además de una gran popularidad, le ha permitido dar trabajo durante más de 50 años a los miembros de su compañía. A esto hay que sumar las más de cien películas y un buen puñado de series de televisión. En definitiva, parecen méritos suficientes para que el Gobierno le haya concedido la Medalla al Mérito al Trabajo que hoy le impondrá la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría.

-¿Cómo reaccionó cuando supo de esta distinción?

-Con sorpresa, porque sólo llevo unos meses trabajando...

-Usted es de los que no se han preocupado nada porque alarguen la edad de jubilación...

-No me preocupa porque como me he pasado ya de cupo... Ya estoy para la segunda vuelta. Me voy jubilar dos veces.

-Hablando de trabajo, su uniforme es siempre un traje impoluto...

-Pero también he trabajado con mono, empecé a los 14 años con uno que mi madre me arregló. Lo de Armani era una broma al lado mío. En aquella ocasión los obreros copiaron mi mono. Desde entonces aquí, todo lo que me pongo es mi uniforme.

-Además de protagonizarlas, dirige y produce sus obras. ¿Es el más trabajador de su compañía?

-El que más trabaja no sé, pero sí el que más arriesga. Por supuesto, siempre voy sin subvención, sin pedirle nada a nadie, sin amiguismos... Si la obra fracasa, ni fracasa el autor, ni el resto de la compañía, sino Arturo Fernández.

-En los últimos tiempos ha interpretado autores franceses. ¿No ha encontrado textos españoles a la altura?

-He interpretado a muchos autores españoles. Santiago Moncada, por ejemplo, me ha proporcionado muchos éxitos y creo que está a la altura de cualquier autor internacional. Simplemente, ha coincidido que últimamente he llevado a escena a Eric Assous, con el que no dejamos de llenar. El 18 de septiembre vuelvo al teatro Amaya de Madrid con «Los hombres no mienten» y antes, una cosa insólita, vuelvo a Sevilla después de haber estado dos semanas en el teatro.

-Parece que no le ha afectado la subida del IVA de la que todo el mundo habla...

-Posiblemente me ha afectado más que al primero, entre otras razones porque yo no he incrementado el precio de las entradas para el espectador. He asumido ese 11 por ciento porque entiendo que en un momento como éste, a los que queremos a nuestro país sólo nos queda una cosa: arrimar el hombro.

-¿Es más necesario ahora que nunca hacer pasar un buen rato a los que compran una entrada?

-Problemas ya los tenemos todos en casa. A mí no se me ocurre pagar dinero, ni poco ni mucho, para que me hagan sufrir. La gente acude a pasar un buen rato. Los que tenemos el privilegio de tener y crear trabajo, también tenemos problemas, todos necesitamos reírnos dos horas diarias.

-Dice que todos tenemos problemas, pero a un galán como usted se le exige siempre estar de buen humor...

-El Arturo Fernández actor, ese personaje que llevo tanto interpretando, tiene problemas, pero se ríe de ellos. En el fondo, es un perdedor, pero resulta tan genial, divertido y encantador, que ni siquiera es conciente de sus problemas. Como persona, me siento muy afortunado, aunque en estos momentos ni los ángeles se salvan de tener problemas.

-Es un especialista en proyectar su personaje fuera del escenario...

-Es evidente que yo me escondo detrás de mi personaje. Es mucho más fácil, de todas maneras; todos los actores del mundo se esconden tras un estereotipo, si es que tenemos la fortuna de que el público nos permita crear un personaje.

-Habrá quien vea en este galardón un premio político. ¿Cree que se lo habría otorgado un gobierno socialista?

-Creo que sólo por haber trabajado 70 años ya tengo mérito. Haber creado, con mis humildes posibilidades, puestos de trabajo, rodar casi cien películas, y, sobre todo, llevar 50 años con compañía propia. Si a alguien se le hubiera ocurrido proponer a Arturo, al chatín, cualquier gobierno lo hubiera reconocido. Por otro lado, estoy absolutamente seguro de que este Ejecutivo no concede medallas por amiguismo a este gobierno, de hecho, le cuesta mucho dar premios a aquellos que, como yo, apoyan su labor.

-¿Se ha sentido, ideológicamente, solo en su profesión? ¿Los artistas son de izquierdas?

-Hay un segmento que no reconoce el arte y la cultura fuera de una adscripción ideológica, pero creo que el arte en sí mismo no tiene ideología, aunque los artistas si pueden tenerla y cuentan con todo el derecho a expresarlo, igual que un farmacéutico.