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Cádiz

La batalla cultural sumergida bajo el cambio de nombre del puente Carranza por el de Alberti

El ministro de Transportes Óscar Puente ha dado luz verde a la propuesta de Sumar de rebautizar el viaducto de Cádiz con el nombre del polémico poeta portuense

Vista del puente Carranza de Cádiz
Vista del puente Carranza de CádizEp

Ya en el ensayo 'Las armas y las letras', publicado originalmente en 1994, Andrés Trapiello defendió la tesis de que la derecha española ganó la Guerra Civil, o sea, las armas, pero perdió frente a la izquierda el relato cultural, o sea, las letras. Más de 30 años después de que viera la luz este libro, conservadores y liberales siguen dando muestras diarias de su acomplejamiento en materia cultural; un terreno regalado al progresismo, donde sigue imponiendo sus cánones, aplicando su hegemonía.

Viene esta introducción a cuento de la última batalla (cultural) librada (bueno, más bien no presentada por parte del Partido Popular) en la ciudad de Cádiz. El Ministerio de Transporte, con su titular Óscar Puente a la cabeza, ha dado el visto bueno al cambio de nombre del puente José León de Carranza, que une la capital gaditana con Puerto Real, a petición de la diputada nacional de Sumar por Cádiz, Gil Robles de apellido, que no recogió más que 4.000 firmas para ello.

La denominación actual, referente a quien fuera alcalde de la ciudad en los años cincuenta y sesenta del siglo XX, José León de Carranza, será removido sin que medie ningún informe de memoria democrática y sustituido por el del poeta portuense Rafael Alberti. Con ello, la saga de los Carranza (el padre de José León, Ramón, también fue alcalde de Cádiz) queda borrada de la Tacita de Plata, tras el cambio de nombre del estadio de fútbol municipal y el de la actual Avenida 4 de diciembre. También la huella de José María Pemán, el mejor escritor que salió de Cádiz en el siglo XX, fue borrada, dada su connivencia inicial con el régimen de Franco.

Carranza, cierto es, fue regidor de la capital gaditana con Franco en el Gobierno, lo cuál no quiere decir que su actuación al frente de la alcaldía fuese reprobable. De hecho, para erigir el puente sobre la Bahía se enfrente a las fuerzas vivas del régimen, contrarias al levantamiento del viaducto. Tras pelear con uñas y dientes que sus paisanos tuvieran una salida alternativa por tierra a la que ofrece la carretera de San Fernando, Carranza murió apenas unos meses después de finalizarse las obras del puente, y había pedido expresamente, en contra de la voluntad del pueblo, que no le pusieran su nombre a este; voluntad que no se respetó dada su pronta muerte.

Decíamos que el puente levadizo se inauguró en 1969, convirtiéndose en un referente arquitéctonico de la ciudad, famoso con los años por sus atascos de entrada y salida, por las manifestaciones de los trabajadores de Astilleros (quienes lo cortaban reiteradamente en sus protestas), por sus pescadores en los márgenes del mismo, apoyando su caña de pescar en la barandilla... Un viaducto protagonista hasta de las coplas del carnaval de autores consagrados en la fiesta del mes de febrero.

Mucho más tarde, casi medio siglo después sería una realidad el otro brazo que cruza la Bahía de Cádiz, el monumental puente de La Pepa, que dada su colosal dimensión deja en ridículo a su hermano pequeño, que se erige sobre las mismas aguas en paralelo. Una regidora de la ciudad, en este caso la popular Teófila Martínez fue quien puso todo su empeño en desahogar el tráfico de un viaducto que se quedó obsoleto e insuficiente para las demandas de gaditanos y forasteros, dotando a la ciudad de una tercera salida a la península, una segunda a través de Puerto Real. Lo curioso del caso es que fue José María González Kichi, quien apenas llevaba unos meses como alcalde, quien inauguró en dicho cargo la circulación por el puente de La Pepa o de la Constitución de 1812.

¿Por qué Alberti?

Más allá de la retirada gratuita del nombre de José León de Carranza (ningún gaditano lo pidió, ni tampoco se realiza conforme a la aplicación de una ley) del querido y viejo puente gaditano, la polémica surge en la denominación alternativa, la del poeta portuense Rafael Alberti, quien ni siquiera es natural de una ciudad con la que su relación no fue precisamente estrecha. Pero no reside ahí la controversia, sino en la controvertida actuación del autor de 'Sobre los ángeles' en la Guerra Civil, tanto o más que la de José María Pemán.

De hecho, el propio Andrés Trapiello escribe al respecto lo que sigue en 'Las Armas y las Letras': "(...) Y si Ortega llamó también al gaditano Pemán de la posguerra 'pululante Pemán', ¿qué no diría del activísimo Alberti de la guerra, de vida tan paralela en esos años a la de su paisano? ¿No se les comparaba acaso en uno de los primeros 'A paseo' de El Mono Azul, en el que se acusaba a Pemán de plagiario de Alberti? Quiere decirse que Alberti llevaba entonces dos guerras al mismo tiempo: la de España y la suya propia".

De hecho, tanto desde la subdelegación del Gobierno en Cádiz como desde el sindicato UGT se propuso la alternativa de rebautizar al Carranza como puente de Los Astilleros, algo más apropiado por la historia del acueducto y que contaría con un mayor consenso social que el que suscita el nombre del autor de 'Arboleda perdida'. Finalmente, unos y otros se han plegado a la iniciativa de Sumar, apoyándo su propuesta sin peros, hasta que el ministro Puente de un plumazo ha sentenciado a José León de Carranza tirándolo al mar desde su puente.