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Festival de Málaga

Cecilia Roth: “En la Movida se trabajaba muchísimo, no éramos inconscientes”

La actriz, eterna “chica Almodóvar”, recibe en el Festival de Málaga el Premio Retrospectiva a toda su carrera

Cecilia Roth, galardonada hoy con el Premio Retrospectiva en el Festival de Málaga
Cecilia Roth, galardonada hoy con el Premio Retrospectiva en el Festival de Málagalarazon

La actriz, eterna “chica Almodóvar”, recibe en el Festival de Málaga el Premio Retrospectiva a toda su carrera

Los Roth huyeron de Argentina con la dictadura militar hacia finales de los años 70. En Madrid, ciudad abierta, Ariel puso ritmo a la Movida; su hermana la encarnó desde el cine. Cecilia Roth (Buenos Aires, 1956) ha sido “chica Almodóvar” de primera hora y sigue siéndolo. En “Dolor y gloria” interpreta un pequeño papel que nos hace echar la vista atrás a aquellos locos 80 de “Laberinto de pasiones”, “Entre tinieblas” o el icónico “Arrebato” de Zulueta. Con “Todo sobre mi madre” tocó techo internacional y ganó el Goya. Ahora recibe en Málaga el Premio Retrospectiva.

-Este es un galardón a toda una carrera. ¿Qué ve al echar la vista atrás?

-Cuando pienso en mi carrera veo mi vida, no puedo distinguirlos. Esto del premio es como ver pasar una cinta de mi propia vida. Cada trabajo que he hecho está lleno de mí. La memoria es importante. Me acuerdo de mis inicios: levantarme por la mañana, recordarme el texto... En cada papel hay restos y tramos de mi vida. Lógicamente ahora soy más consciente del paso del tiempo y esto me ayuda a reencontrarme.

-¿Echa de menos aquellos inicios quizás más inconscientes, menos profesionales, en el cine?

-A mí la palabra profesional no me gusta mucho, prefiero habar de aventura. Salías de casa y pensabas “guau”; cada una de las películas tenían algo de aventura. Pero si alguien cree que en los inicios, con Pedro Almodóvar por ejemplo, se improvisaba, es mentira. Estaba todo muy medido. Lo que sí creo que lo que uno no debe perder de vista es el juego, eso de cuando eras niño e inventabas realidades paralelas. Eso es actuar, de hecho en inglés es el mismo verbo. Cuando pierdes las ganas de jugar, solo te importa recordar el texto.

-La Movida ha pasado a ser un período mitificado en España. ¿Conviene tenerla siempre presente?

-Es un referente de la memoria y está bien recordarlo, pero no creo que esté mitificado. Era un momento que salpicaba de talento, de vanguardia, de nuevas aventuras, de miradas diferente... Pero se trabajaba muchísimo, mucho, nadie hacía las cosas por inconsciencia. A mí me gustaba trabajar, actuar, pensar en el personaje en aquella época. Lo que pasa es que éramos muy jóvenes y salíamos mucho, y entonces parece que no trabajas, pero cuando eres joven puedes salir y trabajar.

-¿Qué ha supuesto formar parte de “Dolor y gloria”, la cinta más personal de Almodóvar?

-Personales lo son todas, ésta es la más autorreferencial. “Dolor y gloria” es un reencuentro en el cine con Pedro, porque en la vida nos hemos reencontrado mucho. Me encanta estar en una película en la que se abre el corazón, y coincidir con un Antonio Banderas en estado de gracia. Estoy muy orgullosa.

-Varios actores, incluso de los primeros tiempos, han salido “rebotados” de Almodóvar, criticando abiertamente sus métodos.

-Cada uno tiene su experiencia, no puedo juzgar a nadie, todos habremos aprendido o desaprendido con él. Mi experiencia es la de meterme en un universo que ha sacado cosas de mí que no sabía ni que tenía. Tengo una experiencia muy amorosa, cálida y cercana. En las películas de Pedro siempre se toca la maravilla.

-Hace un año conmocionó a España y Argentina al revelar que de joven sufrió una violación en Madrid. ¿Le ha aligerado un peso o se ha arrepentido tras el revuelo mediático?

-No me arrepentí de ninguna manera. Fui consciente en ese momento y lo conté. Durante mucho tiempo lo negué y ni me acuerdo realmente del nombre ni de quién era la persona que me violó. Una va tomando consciencia. Una feminista no nace, se va haciendo con la experiencia.