«Alien: Covenant»: la nave de Ridley Scott sigue sumando pasajeros
Con hasta ocho cintas implicadas entre precuelas, secuelas y cruces de franquicias, el «universo Alien», que arrancó en 1979 con la mítica «El octavo pasajero», sigue más vivo que nunca y apela al terror original de la saga con la aparición de nuevas criaturas y más claves para entender toda la línea cronológica.
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Con hasta ocho cintas implicadas entre precuelas, secuelas y cruces de franquicias, el «universo Alien», que arrancó en 1979 con la mítica «El octavo pasajero», sigue más vivo que nunca y apela al terror original de la saga con la aparición de nuevas criaturas y más claves para entender toda la línea cronológica.
Cuando se hace necesario papel y boli para hacer entender a un amigo de qué estamos hablando, no caben dudas: estamos ante una saga. En los últimos años, la profusión (mareante para los no iniciados) de películas en torno a fenómenos cinematográficos de los 70 para acá ha ido «in crescendo», denotando para algunos la falta de ideas frescas de Hollywood y, para otros, la buena salud de los moldes de la ciencia ficción clásica. Las sagas plantean un reto constante para el espectador, nos obligan a estar alerta, sobre aviso, y nos bombardean con términos de los que, hasta hace unos lustros, apenas sabíamos nada. Ya no nos vale el clásico «secuela». La fórmula se ha refinado hasta límites insospechados: nos topamos con «precuelas», «reboots», «spin offs», «crossover», «retcon», «intercuela»... El «universo Alien», al igual que «Star Wars», las creaciones de Marvel como «Spiderman» o «Los Vengadores», o más recientemente «El señor de los anillos» y «Harry Potter», juega en esa liga fantástica de ramificaciones exaustivas. El fenómeno nació en 1979 de una idea sencilla: colocar a una especie de peregrinos en un «Myflower» intergaláctico, meter un bicho lovecraftiano y repugnante entre las paredes de la nave y ver quién se salva. «El trasfondo era muy básico. Yo siempre pensé en ‘‘Alien, el octavo pasajero’’ como en una película de serie B bien hecha», confiesa Ridley Scott, el padre de la criatura. La fórmula funcionó, hasta el punto de que ahora asistimos al estreno de la que sería la sexta entrega de «Alien».
Pero «Alien: Covenant», que aspira a recuperar los valores primigenios de la serie y maximizar la sensación de miedo («Es muy difícil lograr que la gente se muera de miedo, pero esto podría provocarles pesadillas; y eso está bien», señala Scott) no ocupa ese lugar en la cronología de hechos de la saga. Sería, concretamente, y sin ánimo de aturullar al personal, la secuela de la precuela. Teniendo una línea en el tiempo, este nuevo episodio sería el segundo, tras «Prometheus», mientras que la clásica y original «Alien, el octavo pasajero» quedaría ubicado como tercer capítulo de la saga. Veamos: «Prometheus», estrenada en 2012, narraba el primer viaje a bordo de la nave homónima de un grupo de científicos en pos de un planeta que puede revelar los orígenes de la Tierra. Estamos en 2093. «Covenant», que se estrena hoy, arranca una década después de estos hechos, con un grupo de humanos camino de un lugar en la galaxia en el que establecer una colonia humana. Nada se sabe de la fortuna que corrió la Prometheus y, por supuesto, nadie sabe nada del famoso Xenomorfo, el Alien con el que tendrá que lidiar Sigourney Weaver y el resto de la tripulación de la Nostromo en la cinta de 1979. Y es que los hechos narrados en «El octavo pasajero» se desarrollan 20 años después, en 2122. Pero para los espectadores de «Prometheus» y «Alien, el octavo pasajero», «Covenant» aportará claves sobre ambos capítulos, añadiendo la entrada estelar de un nuevo monstruo en la saga, el Neomorfo. Para la actriz Carmen Ejogo, que interpreta a una bióloga de la expedición, el encuentro con esta criatura apela a las sensaciones originales de la saga: «Es el primer momento en el que al público se le recordará el terror que hemos llegado a asociar con las películas de ‘‘Alien’’. Uno siente que está ocurriendo algo que va a estar tan fuera de nuestra comprensión que será horripilante». Puro Lovecraft.
Eso sí, aquel terror difuso de la primera cinta que no llegaba a materializarse hasta pasada media cinta en un bicho blanco paralizante pero que se mantenía casi todo el filme «en off», dio paso con los años y las secuelas a xenomorfos cada vez más grandes, más explícitos, más evidentes. «Alien, el regreso» (1986), «Alien 3» (1992), «Alien: Resurrección» (1997) dan vueltas sobre este monstruo y, en especial, la teniente Ripley, con Sigourney Weaver siempre en este icónico papel.
Pero además de las subseries de «Prometheus» y «Alien», la saga se mezcló en la pasada década con la franquicia «Predator» en productos no muy reconocidos por la crítica como «Alien Vs Predator» (2004) y «Alien Vs. Predator 2» (2007). En total, el «universo Alien» englobaría ocho cintas, de las cuales Ridley Scott, el creador, ha dirigido tres. El nombre del resto de directores da buena muestra de que «Alien» ha sido una buena cantera de realizadores solventes de la talla de James Cameron, David Fincher, Jean-Pierre Jeunet y Paul W.S. Anderson. Ahora, Scott regresa a los mandos de la nave a sus 79 años en un momento de altas expectativas en torno a él, con la secuela de «Blade Runner» (dirigida por Denis Villeneuve) a punto de salir del horno.