«La mula», maldita... y anónima

Ha superado la etiqueta de ídolo adolescente para convertirse en una de las grandes promesas del cine español. Con «Grupo 7» cambió de registro y en septiembre estrena la nueva película de Álex de la Iglesia. Ayer, Mario Casas presentó en Málaga «La mula», otra película para la que necesitó algo más que músculo y una cara bonita. No ha faltado mucho para que el filme no se estrenara. De hecho, lo va a hacer con «Anónimo» como director en los créditos. Una disputa por la coproducción entre Michael Radford y la productora Alejandra Frade fue el motivo.

-¿Cómo influyó que Michael Radford, el director, abandonara el rodaje días antes de finalizarlo?

-Pensaba que era una broma. Lo que hicimos fue luchar, porque llevábamos mucho trabajado. No me he querido enterar de los conflictos entre los productores. Ahora los nervios son por la reacción del público. Lo importante es que se pueda estrenar.

-Al cine español se le ha criticado el uso excesivo de la Guerra Civil como temática. ¿Es «La mula» diferente en este sentido?

–Sí. No es la típica de la Guerra Civil, sin quitarles mérito a las demás. Desmitifica el conflicto y habla como las personas que lo viven. Mi personaje está en el bando nacional porque le ha tocado, pero lo que le importa es una mujer y una mula, que es el símbolo de la libertad; se escapa en cuanto puede. Lo que quiere es que termine para poder vivir su vida. Creo que es lo que nos está pasando también ahora. No es una guerra, pero la gente lo pasa mal e intenta sobrevivir. En todo caso, es una película tierna, simpática y emocionante.

-¿Cómo encarna un gallego como usted a un andaluz de Jaén?

-Tenía que conseguir el acento de Andújar. Un mes antes de empezar a rodar decidí irme allí a conocer gente y ver cómo hablaban. Un chico me pidió una foto y me pareció ideal porque el acento no era exagerado. Estuve con él durante días y me grabó el guión entero. Lo escuché muchas veces. Incluso incluí frases en la película que son suyas.

-¿Cree que si se hubiera estrenado en su momento «La mula» se hubiera evitado el estigma de ídolo adolescente como actor?

-No pienso en ello. Sé lo que he hecho, que fue esforzarme al máximo. En «Tres metros sobre el cielo» y «Tengo ganas de ti» interpreté personajes muy estudiados, con meses de preparación. Son películas que me han permitido trabajar en «Grupo 7», en «Ismael», con Álex de la Iglesia... Si no hubieran funcionado, igual no me habrían vuelto a llamar.

-¿Son entonces personajes que ya pertenecen a una etapa pasada de su carrera?

-Yo ya no puedo interpretar a un adolescente de 20 años. Ahora voy a cumplir 27. En «Ismael», que acabo de rodar, encarno a un hombre de 30 años con un hijo. Un año y medio antes no hubiera podido. Además, no reniego de ninguna de las películas; al revés, me han aportado todas cosas muy buenas. En todo caso, por cómo están las cosas, en un año no vamos a poder elegir proyectos.

UN FILME QUE EL ICAA CONSIDERA «DAÑINO»

En pleno rodaje, Michael Radford y Alejandra Frade rompieron relaciones por un desacuerdo por la cantidad de dinero y cuándo tenían que aportarlo cada parte. El ICAA, entonces dirigido por Ignasi Guardans, prohibió la distribución de la cinta, y «puso una demanda de lesividad, porque la consideraban dañina, por lo que estuvo dos años parada en Cultura», explicó ayer Frade. En su día, se insinuó que era un caso de censura por ser una película franquista. Al parecer, el motivo era que, al no cumplir los términos de la coproducción, resultaba «dañina» para la imagen de la industria española. Los tribunales han dado la razón a Frade y la película se estrenará el 10 de mayo.