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Manuela Burló: «Hay miedo a abandonar y ser abandonados»

larazon

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Regresa con «Rumbos», su proyecto más personal hasta la fecha, un drama de historias cruzadas en una sola noche y en diferentes vehículos que habla «del amor, el desamor, la soledad y la cobardía»
Una noche, seis vehículos distintos y hasta nueve ocupantes están llamados a converger. Eso es, esquemáticamente, «Rumbos». Eso, y la segunda película de Manuela Burló. La primera «personal», matiza, tras dirigir «Cómo sobrevivir a una despedida de soltera». Ahora, plantea «una comedia dramática a tiempo real, en una sola madrugada de verano y en una gran ciudad».
–¿De dónde surge el guión de «Rumbos»?
–De la cantidad de noches que me he «comido» parada en semáforos. Cuando salía con mis amigos y me recogía a las cuatro o cinco de la mañana en mi moto (yo no bebo alcohol), observaba en los semáforos a la gente en autobús, en la calle, en coches... Y me imaginaba de qué podían hablar y qué historias tendrían.
–Al fin y al cabo, el arte es muchas veces «vouyerismo»...
–Así es: observar lo que tienes a tu alrededor e imaginar vidas. Y a eso le dí forma de historias cruzadas, a tiempo real, con un hilo conductor que es el programa de radio de Julia Otero, de las 4:30 a las 6 de la mañana.
–¿Fue complicado a nivel de guión hacer converger todas esas historias?
–Era laborioso porque yo tenía claro que debía ser una diferente para cada vehículo distinto. Traté de jugar para encontrar un vínculo, uniendo las historias y cruzándolas al final.
–El rodaje tenía que atenerse al horario nocturno, ¿cierto?
–Siempre de noche y en movimiento, con «cámara car». Cuando empezaba a amanecer ya no nos servían los planos. Así que nunca deseé tanto que no acabara la noche.
–Vayamos al argumento. ¿Cuál sería el nexo «anímico» de unión de los personajes?
–Mi idea era reflejar cómo sus vidas están en movimiento al igual que los vehículos que los llevan. Y hablar también del amor, el desamor, la soledad, la cobardía. Porque la gente tiene miedo al abandono y a abandonar y todos buscamos estrategias para dar la vuelta a la tortilla. También quería expresar cómo en una noche puedes pasar a ser protagonista de algo de lo que antes eras sólo espectador.
–Su carrera en el cortometraje le granjeó premios y numerosos seguidores. ¿Qué condimentos van a encontrar esos «fans» en «Rumbos» de aquellos filmes como «Pipas» o «Camas»?
–Los diálogos y los personajes tragicómicos, con los que puedes estar riéndote y de repente se te congela la sonrisa. Son caracteres vivos, dinámicos, divertidos incluso en el drama, nada melodramáticos. Son libres, cotidianos, sin estar encasillados o estereotipados. Eso viene ya desde mis cortos.

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