Night Shyamalan: «He evolucionado hacia un terror más realista»

Estrena su nueva película, «La visita», un «thriller» psicológico en el que el envejecimiento de la salud mental es la principal causa del terror. Una especie de «Hansel y Gretel» sin fantasía

La legislación española respecto a las enfermos mentales guarda grandes carencias. Bastantes de ellos conviven con sus familias sin tratamiento, ya que los mayores de edad no tienen la obligación de medicarse. Con los años, la salud mental se ve afectada por dolencias que parecen hasta sobrenaturales, como el síndrome vespertino, cuyos síntomas son la alteración del aparato locomotriz producida por la ansiedad, alucinaciones, confusión y extrema violencia. Este trastorno es el que padece la anciana que protagoniza la nueva película de Night Shyamalan, «La visita».

El marido de la mujer también sufre de una demencia severa. Ambos reciben en su casa a sus dos nietos, a los cuales no conocen, pues la madre de éstos (interpretada por Kathryn Hahn) abandonó a sus padres cuando era una adolescente. Así, los hermanos se encuentran encerrados en una casa con dos enfermos mentales que poco a poco les van provocando un fuerte miedo. Con ello, Shyamalan se enfrenta al reto de rodar una clase de terror más verdadero: «El tipo de horror del filme es el más normal, el temor que tenemos todos a envejecer o a morir, es casi un tema tabú del que no hablamos normalmente». Y es que el director de «El sexto sentido» considera que el género en el que se desenvuelve «es una buena manera de enseñar las cosas que no queremos, la oscuridad que está siempre presente. Los largometrajes de terror tratan de nuestros miedos, mientras que la mayoría de filmes de Hollywood, de nuestros sueños». Pero esos horrores ya no surgen de personajes fantásticos, característicos del cine de Shyamalan, sino que, el cineasta delata que «he evolucionado a uno más realista», aunque también comenta que «siempre intento que las raíces de mis cintas estén en la realidad por lo menos en un 1%, incluso si estoy tratando algo sobrenatural».

El objetivo de la visita de los nietos y el tema principal de la película es «buscar el perdón, reconociliar a su familia», afirma Shyamalan, una idea que «está en cada secuencia y escena» porque «cuando hago un largometraje debo saber por qué lo realizo». La hermana mayor lleva una cámara para grabar un documental que demuestre el indulto que espera que su madre reciba de sus padres y que, además pretende presentar a los Oscar. Ese amor por el cine de la joven invita a pensar que es un álter ego del director , y él mismo lo confirma: «Es como era yo con 16 años, cuando sabía todo lo que podía sobre el cine e iba a cenar con alguien y le contaba todo lo que desconocía». Esa especie de pedantería de Shyamalan también le ha hecho vivir momentos que ahora recuerda con cariño: «Cuando estudiaba en la Universidad de Nueva York, Spike Lee vino a presentar ‘‘Haz lo que debas’’, yo me comporté como un idiota y me preguntó como me llamaba. Luego nos hicimos amigos, incluso él vino al estreno de ‘‘Señales’’ y le pedí perdón por aquello».

El director de «La visita» ha participado como actor secundario en varios de sus largometrajes. No obstante, en esta ocasión lo ha evitado: «Iba a ser el novio de la madre, pero teníamos planeado que saliera en la última secuencia aunque al final no fue así. En todo caso, no quería que en el último momento el público pensase: ‘‘¡Mira, es Night Shyamalan!’’ En ‘‘Interstellar‘’ después de una hora de repente todo el mundo se sorprende porque... ¡oh, es Matt Damon! Hay que tener cuidado cuando vas a interpretar un cameo porque puede romper el ritmo completamente».