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Aranceles cinematográficos

Trump entona el Make American Cinema Great Again y la industria tiembla

El Presidente de Estados Unidos ha anunciado que aplicará aranceles del 100% a todas las producciones cinematográficas extranjeras: «son una amenaza nacional»

Las crisis de los aranceles de Trump coincide con un cambio de ciclo económico y geopolítico
Las crisis de los aranceles de Trump coincide con un cambio de ciclo económico y geopolíticoMark SchiefelbeinAP

Esta vez no ha necesitado una grandilocuente puesta en escena: sin portafolios donde plasmar su kilométrica firma de megalómano con permanente, ni tablilla donde reflejar las tasas y porcentajes arancelarios, el Presidente de Estados Unidos Donald Trump ha anunciado, a través de una publicación en la red social de su propiedad, Truth Social, que piensa aplicar unos aranceles del 100% a todas las películas procedentes del extranjero. Una amenaza ambigua, sin especificaciones, que ha dejado a las grandes, medianas y pequeñas corporaciones y productoras cinematográficas de todo el mundo, y especialmente estadounidenses, en vilo, y como exégetas, tratando de descifrar cuánto hay de farol y cuánto de verdad en la publicación de Trump, y el alcance económico de las consecuencias en caso de llevar a cabo tal medida. De hecho, algunos de los principales estudios de cine ya han caído en Bolsa: como Netflix, Warner Bros y Paramount.´

Concretamente, el presidente de EE. UU. inició su mensaje, posteado el domingo a las 19 h. (horario americano), de forma apocalíptica alertando de que «la industria cinematográfica estadounidense está muriendo rápidamente. Otros países ofrecen todo tipo de incentivos para alejar a nuestros cineastas y estudios de Estados Unidos. Hollywood y muchas otras zonas de EE UU están siendo devastadas».

Y no le falta razón al presidente norteamericano en la parte de los incentivos fiscales que ofrecen otros países como Canadá, Gran Bretaña o Australia para producir y rodar películas en su territorio. De hecho, el declive de la producción cinematográfica en Los Ángeles, según datos de la patronal, es casi del 40% en la última década; y esto responde a varios factores más allá de la competencia fiscal: desde la pandemia de Covid hasta la huelga de guionistas y actores de Hollywood de 2023, sumando incluso el incendio del pasado verano. A nivel nacional, se estima que la industria cinematográfica estadounidense sigue aún un 31% por debajo de los números de 2019 –prepandemia–, pese haber repuntado este último ejercicio los ingresos de taquilla un 15,8% respecto a 2024.

Pero, claro, Donald Trump, en vez de responder con más incentivos para competir contra lo que él califica como una «amenaza nacional», decide «contraatacar» gravando notablemente las producciones extranjeras: una estrategia habitual de su gobierno, que ya ha puesto en práctica en otros tantos sectores del mercado. En este caso, la industria del cine de los Estados Unidos abogaba por un incentivo fiscal federal más estable y fuerte en lugar de exenciones fiscales estatales para tener una producción cinematográfica «más sólida».

De hecho, de ejecutar esta amenaza, la medida arancelaria en vez de protegerlo podría volverse en contra del cine estadounidense si otros países, como ya ha hecho China limitando la entrada de cine «made in América» como respuesta a los aranceles comerciales trumpistas, deciden replicar pagando con la misma moneda y gravando la entrada de películas procedentes de EE UU.

¿Economía o propaganda?

El comunicado emitido por Trump a través de Truth Social continúa diciendo que «¡Es además de todo lo demás [una amenaza para la seguridad nacional por parte de otras naciones] mensaje y propaganda!». ¿Quiere decir con esto el Presidente de Estados Unidos que películas como la surcoreana «Parásitos», la brasileña «Aún estoy aquí» o la francesa «Emilia Pérez» –las tres protagonistas de los Oscar– son una «amenaza» propagandística porque no son de su agrado? ¿Acaso desearía el mandatario republicano un ministro de Propaganda como Goebbels que sólo produjese cine patriótico estadounidense? Desde luego, es lo que parece leerse entre líneas: Trump se insinúa partidario de más «Top Gun» y más Clint Eastwood, y menos «La vida es bella» y Steve McQueen.

Tras la declaración de intenciones, el político y empresario nacido en Nueva York, anunció que autorizaba al Secretario de Comercio, Howard Lutnick, y al representante comercial de Estados Unidos «a iniciar de inmediato el proceso de instaurar un arancel del 100% sobre todas las películas que ingresen en nuestro país producidas en el extranjero». Y remataba, cómo no, con una suerte de «M.A.G.A.» mayúsculo al más puro estilo trumpista: «¡QUEREMOS CINE HECHO EN ESTADOS UNIDOS, OTRA VEZ!».

Todavía no se han pronunciado la mayoría de los pesos pesados del sector cinematográfico a la espera del alcance del anuncio de Donald Trump que, como ya ha sucedido en otras ocasiones, puede quedarse en una fanfarronada, en un simple ladrido.

De hecho, hay muchas dudas de que a la hora de la verdad pudieran hacerse efectivas tales medidas, más si cabe cuando el cine hoy día está protegido por la legislación digital. Tampoco se conoce si, llegado el momento, también afectaría a las películas y series de las plataformas de streaming, y a las cintas de capital estadounidense rodadas en el extranjero.

Quien sí ha dicho unas palabras al respecto ha sido el CEO de APlaneta Entertainment, Ignacio Segura, que opina que «estamos ante una situación especialmente extraña dado que afecta a un sector donde EE UU tiene un enorme superávit comercial con cualquier nación del mundo».

Y prosigue: «Puede encarecer, de modo que las haga imposibles de adquirir, todas las películas USA del mercado independiente, y también puede cancelar muchas de las producciones en marcha al hacerlas inviables financieramente…». «Pero, todavía será peor si la UE decide aplicar aranceles recíprocos... ¡Un desastre de noticia!», resume el director general de la productora del Grupo Planeta.

Bomba antes de Cannes

Además, el anuncio de esta medida llega a pocos días del arranque del Festival de Cannes, que comenzará el próximo 13 de mayo. «Las medidas de Trump ya están afectando las ventas en China, pero esto reduciría todo el mercado global, ya que los compradores no querrán pagar garantías mínimas si se impone un impuesto a las películas en el mercado de Cannes o a títulos que ya hayan adquirido», esgrimió una productora estadounidense en declaraciones al medio especializado «Deadline».

«Una bomba justo en la antesala de Cannes. Puede que no llegue a aplicarse, pero solo la posibilidad de un arancel así genera una incertidumbre innecesaria en torno al mercado estadounidense, que apenas comenzaba a mostrar señales positivas de recuperación tras las huelgas», valoró otra distribuidora europea. Los primeros efectos se hacían notar: las acciones de Netflix llegaban a caer hasta un 4,2% en el mercado continuo. Las de Disney se dejaban hasta un 3,1% y, las de Fox, un 3,94%. Los títulos de Paramount caían un 2,36%, los de Warner Bros un 5,38% y Lionsgate, un 8%.