Xavier Dolan, el más joven de Cannes impresiona con un film moderno e intenso

Es el más joven de la competición oficial de Cannes con 25 años y con su quinta película, «Mommy», el canadiense Xavier Dolan impresionó con su forma moderna, intensa y a la vez fresca de contar la relación de una madre y su problemático hijo adolescente.

Es el más joven de la competición oficial de Cannes con 25 años y con su quinta película, "Mommy", el canadiense Xavier Dolan impresionó con su forma moderna, intensa y a la vez fresca de contar la relación de una madre y su problemático hijo adolescente.

Realizador, guionista, productor, montador y responsable del vestuario, Dolan justifica su tremenda energía en su pasión por el cine. "No siento que tenga que hacer un filme cada año. Es una necesidad. Es mi forma de expresarme", afirmó hoy Dolan en una rueda de prensa tras la primera y ovacionada proyección del filme.

Una historia que es una especie de terapia cinco años después de "Yo maté a mi madre", su ópera prima y con la que en aquel momento quería castigar a su madre con la que tenía una relación problemática. Ahora, con "Mommy"da un punto de vista diferente y resalta el amor materno filial por encima de cualquier cosa.

Dolan reconoce que la figura de la madre está siempre en el punto de partida de sus películas. "He crecido en una familia monoparental, con mi madre. La he visto lograr muchas cosas y perder otras"y eso está presente en el filme.

"Mommy"cuenta la historia de Diane (interpretada por Anne Dorval), una viuda que cría sola a su hijo Steve (Antoine-Olivier Pilon), que padece trastorno por déficit de atención e hiperactividad con momentos de comportamiento muy agresivo.

Tras salir de un centro en el que ha estado internado, la madre y el hijo se mudan de vecindario y conocen a una mujer que entrará a formar parte de ese pequeño mundo que ellos han creado.

Un espacio limitado y agobiante para el que el director eligió un formato cuadrado de pantalla, que solo en puntuales momentos de la historia, en los que la luz entra en la relación, pasa a pantalla panorámica.

Su objetivo es que "la mirada del espectador quedara de alguna forma prisionera en la mirada del personaje", que tuviera obligatoriamente que observarle, explicó Dolan.

Una historia que surgió de un hecho real que sobrecogió al director, el de una madre que abandonó a su violento hijo de siete años ante su incapacidad para cuidarlo.

Y para contar esta historia, Dolan consideró que lo mejor era volver a las calles de Quebec donde transcurrió su infancia y donde todo le era familiar. Es "menos desestabilizador"rodar en un lugar conocido, agregó.

Sobre sus múltiples facetas y su incesante trabajo, precisó: "soy joven pero siempre me pregunto cuánto tiempo me queda para crear. Así que es mejor hacerlo ahora".

Y lo hace realizando múltiples tareas en sus filmes. Se ocupa del montaje -"cuando creo el filme ya lo tengo montado en mi cabeza"-; del vestuario -"a menudo se descuida cuando es lo primero que ve el espectador"-, o la música, que en el caso de "Mommy"es "el alma"de la película y un aspecto en el que también ha colaborado mucho.

Con un preciosista aspecto formal protagonizado por una luminosidad que contrasta con la problemática relación de los protagonistas, Dolan construye una historia sensible y muy compleja para un realizador de su edad.

"Idealmente no me gustaría poner límites basados en mi edad (...) No pienso en mí mismo como alguien muy joven, sino como alguien que no es mayor", dijo el canadiense, que recordó que empezó como actor a los cuatro años y siempre le gustó observar cómo trabajaban los realizadores y aprender de ellos.

Y ante las preguntas de los periodistas sobre lograr la Palma de Oro de Cannes, señaló que sería una victoria internacional, no de una provincia o un país.

Pero sobre todo, sería "un extraordinario mensaje a la gente de mi edad, a mi generación, un mensaje de esperanza y una forma de demostrar que la gente puede expresarse sin tener en cuenta su edad".

Pase lo que pase, lo que tiene claro es que en otoño volverá a estudiar, "para estar con gente de mi edad y, con suerte, besarles un poco".