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Cristina Llorente: «Estoy más tiempo sobre el escenario que en mi casa»

Será la encargada de dar vida a Inga en «El jovencito Frankenstein», una comedia musical que se estrena el 13 de noviembre en el Teatro de la Luz Phillips Gran Vía

Cristina Llorente / Foto: Cristina Bejarano
Cristina Llorente / Foto: Cristina Bejaranolarazon

Será la encargada de dar vida a Inga en «El jovencito Frankenstein», una comedia musical que se estrena el 13 de noviembre en el Teatro de la Luz Phillips Gran Vía.

«Mamá, quiero ser artista; ¡oh! Mamá, ser protagonista», cantaba a sus padres Cristina Llorente cuando era una cría y ya soñaba con vivir en los escenarios. Y ahí continúa, desde que a los nueve años se subiera por primera vez. La cantante, actriz y bailarina vallisoletana encarna a Inga, la asistente de Frederick, el protagonista de «El jovencito Frankenstein», una comedia musical desternillante que se estrenará el 13 de noviembre en el Teatro de la Luz Philips Gran Vía. Lleva el espectáculo en el título una palabra en diminutivo que engrandece una obra superlativa que cuenta cómo un científico intenta crear un monstruo con el apoyo de unos ayudantes que están tan locos como él. Llorente ha formado parte durante siete años del elenco de «El Rey León» y ahora, tras salir de la selva, se divierte en una jungla donde resulta imposible parar de reír.

–¿Los monstruos nacen o se hacen?

–En nuestro caso, los creamos entre todos. Y yo creo que el trabajo en equipo es mucho mejor.

–¿Habrá lloros con tanta risa o tampoco es para tanto?

–No queremos ni un llanto y no hay ninguna seriedad. Ésta es una comedia desternillante gracias a que el director conoce el género al dedillo. Además, estamos muy bien encajados en nuestros personajes, todos somos diferentes y nos complementamos a la perfección.

–Es usted una artista polifacética donde las haya...

–Nací en el género musical, que es muy completo porque tienes que cantar, bailar, interpretar... Y normalmente hay que hacerlo todo a la vez; a lo que hay que añadir los cambios de vestuarios y decorados. He hecho distintos géneros, pero el que más me gusta es el musical.

–Resulta difícil etiquetarla.

–Es que siempre he sido muy diferente. Ahora soy así y a lo mejor el año que viene estoy en otra producción. Los artistas somos muy variables.

–Ya. Pero, ¿qué prefiere: cine, teatro, televisión...?

–El cine es mi asignatura pendiente, ya que sólo he hecho dos pequeñas colaboraciones en dos grandes películas. Lo que quiero hacer es cine musical, que está de moda y va a ser mi futuro.

–Ha sido Nala en «El Rey León». ¿Nos cuenta el secreto para haber cosechado semejante éxito?

–Se trata de un musical maravilloso que ya vino a España con bastante éxito a sus espaldas. Nadie se espera ese diseño ni esa puesta en escena. Y la música resulta apasionante.

–Tras siete años, ha salido usted de la selva para entrar en una jungla...

–Sí, en una jungla de locos. Pero es que hay que estar muy loco para ser artista. Éste es un mundo muy inestable y complicado. Si te pasaras por algún ensayo te darías cuenta de la panda de locos que somos. No hay ni un cuerdo.

–¿España es más selva, jungla o circo?

–Creo que circo, porque engloba a la selva de El Rey León y a la jungla de locos de El jovencito Frankenstein.

–¿Si le digo Hakuna Matata?

–Te contesto: vive y sé feliz. Y deja ser feliz.

–¿Su vida es un musical?

–Intento que lo sea, aunque tenga sus momentos de musical dramático. Al final te das cuenta de que la vida es un ciclo vital. Una historia cíclica en la que todo pasa porque tiene que pasar.

–¿Es el escenario su hábitat natural?

–Podría serlo, puesto que me siento muy cómoda y lo disfruto. Si no me gustara tanto no podría vivir así. Es muy difícil no tener fines de semana, ni vacaciones, ni Navidad, ni Semana Santa... Estoy más tiempo en el escenario que en mi casa.

–Hace años lanzó un disco que, al hilo de su título, le dio permiso para ser usted misma...

–En el mundo de la música parecía imposible ser una misma, era como si tuviera que pedir permiso para ser yo. Salí bastante defraudada, la verdad, porque no me gustó nada el ambiente, ni las presiones. En esa industria quieren que los artistas sean marionetas. Y eso conmigo no va. Por eso volví a los escenarios. El mundo musical está muy dañado. De hecho, se puede ser más uno mismo sobre un escenario interpretando a un personaje que como un cantante en solitario que intenta hacer lo que quiere.

–¿Usted qué quería ser de pequeña?

–Siempre dije que quería estar toda mi vida en un escenario. Y parece que lo voy consiguiendo...

–Y ahora, ¿qué quiere ser de mayor?

–Quiero seguir disfrutando, aprendiendo de cada director y compañero, haciendo géneros nuevos y continuar apasionándome con cada proyecto.