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Estreno

Crítica de "Bugonia": apocalipsis autista ★★★★

Dirección: Yorgos Lanthimos. Guion: Will Tracy, Jang Joon-hwan. Intérpretes: Emma Stone, Jesse Plemons, Alicia Silverstone, Aidan Delbis y Stavros Halkias. Irlanda, 2025. Duración: 118 minutos. Comedia negra.

Un fotograma de "Bugonia"
Un fotograma de "Bugonia"Imdb

Tal vez el cine de Lanthimos sea como el autista de “Bugonia” (encarnado por el también autista Aidan Delbis), que se apunta a un bombardeo por empatía con su compinche secuestrador: hay un impulso en confiar en el mundo, una esperanza vívida e ingenua, aunque luego el mundo se revele tan hostil, tan desahuciado de sí mismo, como podía preverse. Sí, en cierto modo, las películas de Lanthimos, empecinadas con el confinamiento, afines al trastorno obsesivo compulsivo de las normas anómalas, son autistas, tal vez sea porque, como demuestra en “Bugonia”, no les queda más remedio que encerrarse en su propio universo, porque lo demás, lo exterior, es el ensordecedor ruido de fondo de una civilización moribunda.

“Bugonia” es la película más idiosincrática de su autor: desde las teorías conspiranoicas estilo “Cuarto milenio” hasta la crítica a un capitalismo antisostenible que sustenta la felicidad obrera en la jornada de 37.5 horas, pasando por la denuncia ecológica y el activismo terrorista de corte doméstico, la película parece atravesada por un ‘angst’ contemporáneo que el auge de las ideologías radicales y las ‘fake news’ han convertido en una pesadilla cotidiana.

Puede que la premisa de “Bugonia”, adaptada de la coreana “Save the Green Planet” en que se inspira, nos haga pensar en una comedia, pero hay algo en la precisa gradación del tono (en la circunspecta seriedad con que se nos plantea el conflicto, en la violencia del proceso, en la falta de ironía de la interpretación de Jesse Plemons, en la desbordante ironía de la de Emma Stone) que nos sitúa en un terreno ambiguo e incómodo.

Quizás porque sospechamos que los dos pobres diablos que secuestran a la CEO de una empresa farmacéutica, convencidos de que es una extraterrestre, podrían tener razón, y su quijotesco acto salvará al mundo del apocalipsis, o tal vez porque su locura es contagiosa, y nos resulte tan conmovedora como intrigante es la astucia de su antagonista, que Lanthimos no duda en convertir en una Juana de Arco (¡esa cabeza afeitada untada de antihistamínicos!)dispuesta a confesar la auténtica naturaleza de su existencia en un improvisado potro de torturas.

Es “Bugonia” un Lanthimos para muy cafeteros. Es posible que su misantropía en gran angular pueda ahuyentar a los que crean que el teatro de la crueldad no es el mejor de los escenarios para explicar el mundo actual. Y es cierto que “Bugonia” no descubre nada de la condición humana que no conozcamos, pero, para este crítico, su testaruda insularidad sigue siendo la prueba de un válido acto de resistencia.

Lo mejor:

El duelo Stone-Plemons y la habilidad con que Lanthimos nos sitúa en un terreno dramático que divierte, asusta y sorprende por igual.

Lo peor:

La misantropía del cineasta griego puede llevarle a un callejón sin salida.