Sección patrocinada por sección patrocinada

Estreno

Crítica de "Háblame": déjanos entrar ★★★★☆

Dirección: Danny y Michael Philippou. Guion: Danny Philippou, Bill Hinzman, Daley Pearson. Intérpretes: Sophie Wilde, Alexandra Jensen, Joe Bird, Miranda Otto. Australia, 2023, 95 min. Género: Terror.

Crítica de "Háblame": déjanos entrar ★★★★☆
Crítica de "Háblame": déjanos entrar ★★★★☆DIAMOND FILMS

A cada tecnología, su fantasma. Desde las fotografías espiritistas de finales del siglo XIX hasta las invocaciones espectrales del vídeo de “The Ring”, pasando por la hauntología del digital ‘amateur’ de “El proyecto de la bruja de Blair”, las vibraciones sobrenaturales de la estética de escritorio de “Eliminado” o las videollamadas de “Host”, la forma en que la tecnología crea imágenes ha definido la evolución genética del cine de terror. En un giro de guion coherente con la popularidad de los retos tiktokeros, “Háblame” añade un nuevo capítulo a este voluminoso, fructífero libro de estilo explotando una brillante premisa: tienes los noventa segundos de un vídeo viral para conectar con el mundo de los muertos tocando la mano momificada de una supuesta médium, pronunciando dos frases mágicas (“Háblame”, “Déjame entrar”) y consintiendo que un espíritu te posea. Las reglas, por supuesto, están para romperlas, y al otro lado está el reino de las tinieblas: la dictadura del ‘like’ se convierte, pues, en un portal invisible que separa la celebración gregaria de lo prohibido de las consecuencias letales de su transgresión.

En su notable debut en el largo, los hermanos Philippou saben que esa premisa tiene que sostenerse, por un lado, en la contundencia de las posesiones demoníacas y, por otro, en la construcción de una trama dramática que no las banalice, asentada en las dinámicas emocionales de un grupo de personajes con los que empatizar. En el primer objetivo rozan la excelencia: con un extraordinario instinto por lo macabro -¿sabían que los bulldogs besan con lengua?- y lo perturbador -el crescendo climático de la escena central del filme- las escenas de posesión definen con precisión de metrónomo la atmósfera opresiva de “Háblame”. En el segundo, la sombra del terror elevado es alargada, y el trauma familiar se revela como el auténtico fantasma de la película, contagiando de un siniestro sentimiento de culpa al itinerario dramático de la protagonista, una excelente Sophie Wilde. Es una pena que, una vez abiertas las puertas del infierno, “Háblame” sucumba a la tradición que pretende reinventar con su premisa, traicionando la originalidad de su primera parte. Al subjetivar el relato, diluyendo las fronteras entre realidad y alucinación, el filme se convierte en un diálogo entre los vivos y los muertos que, tal vez, hemos oído demasiadas veces. “Háblame” sigue siendo una pesadilla hambrienta de ‘followers’, pero acaba pareciendo retuiteada desde otra dimensión.

Lo mejor: Su ingeniosa premisa, y la extraordinaria fuerza de sus escenas de espiritismo tiktokero.

Lo peor: Acaba derivando en una película de fantasmas más convencional de lo que le gustaría admitir.