Estreno
Crítica de "Los Tortuga": con el duelo a cuestas ★★★★
Directora: Belén Funes. Guion: Belén Funes, Marçal Cebrian. Intérpretes: Antonia Zegers, Elvira Lara, Bianca Kovacs, Sebastián Haro, Nora Sala-Patau, Sara Gómez. España, 2025. Duración: 109 minutos. Drama.
“Los Tortuga” podría leerse como la otra cara de la moneda de “La hija del ladrón”, la hermosa ópera prima de Belén Funes. Hay en ellas un interés por retratar relaciones familiares atravesadas por la precariedad y por la ausencia. Lo que en esta se define por un duelo, que madre e hija afrontan desde estados de ánimo distintos, casi diametralmente opuestos, en aquella se definía por la sensación de orfandad que provocaba la presencia de un padre guadianesco y narcisista, pero ambas películas hablan de un similar instinto de supervivencia que se instala en los haceres de lo cotidiano, y que, en este caso, tiene que ver con el hecho de aceptar un vacío, pero también un legado.
En la mirada de Funes no hay un ápice de sentimentalismo: ni en el retrato de una hija (notable Elvira Lara) que quiere abrirse camino estudiando cine cuando el dinero no llega para el alquiler, ni en el de una madre (espléndida Antonia Zegers), arisca y autónoma, taxista de noche, que invierte todas sus energías en allanar ese camino. Como telón de fondo, otra vez los barrios de la periferia barcelonesa, y ahora el problema de la vivienda, de los migrantes que no pueden volver a sus orígenes pero tampoco lo tienen fácil para disfrutar de su país de acogida, y el pueblo como arcadia, esas raíces que hay que cultivar y hacer crecer pero esa herencia que puede convertirse en la llave para un futuro mejor, para pasar página definitivamente.
“Los Tortuga” levanta acta del viaje emocional de sus protagonistas, que es también el de su conciencia de clase, alejándose de las obvias influencias estéticas de “La hija de un ladrón” (otras figuras paternas: los Dardenne) para construir una película más serena, acaso menos enfadada, pero igualmente intensa, donde lo que cuenta es la fuerza subterránea de los afectos, su capacidad para pegar lo que parecía roto.
Lo mejor:
Es emocionante sin ser sentimental, y retrata las heridas del duelo alejándose de los tópicos al uso.
Lo peor:
Que la serenidad y la humildad de la propuesta la hagan pasar desapercibida.