Política Cultural

Cultura negocia desgravaciones fiscales progresivas

EN DESCENSO La asistencia a las salas cayó en 2012 en España un 4,8 por ciento
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No son buenos tiempos para la lírica, tampoco para el teatro o el cine. Y el arte y la música no se salvan. El proyecto estrella del gabinete Wert, la ley de mecenazgo, ha topado con un escollo grueso como es la situación económica. Sin embargo, la nueva norma no está en barbecho. Al aterrizar en su despacho, el ministro se propuso impulsar esta ley «para que tanto particulares como empresas se involucren en la financiación y promoción de la cultura», con el objetivo de sustituir «progresivamente el modelo actual basado en subvenciones», aseguró. Según ha podido saber LA RAZÓN, el secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle, casi lo ha tomado como un empeño personal que piensa sacar adelante lo antes posible. «Se están barajando distintas posibilidades y en cuanto los índices económicos repunten el proyecto verá la luz». Tan es así que se trabaja sobre una idea que podría servir de punto de partida para arrancar la negociación: «Que los incentivos fiscales, es decir los porcentajes de desgravación sobre los que pivota esta norma, se vayan incrementando a medida que la situación económica general mejore, es decir que a medida que la economía esté más saneada los incentivos fiscales aumenten. Se están echando muchas cuentas porque hay bastantes sectores implicados», aseguran.

Después del verano

Cuando se piden plazos, el interlocutor es tajante: «Nunca será antes del verano. Mucho, muchísimo tendrían que cambiar las previsiones económicas para que se produjera en unos meses. Hay que tener en cuenta, además, los tiempos. No se trata de aprobar la ley y que entre en vigor. Exige una tramitación parlamentaria y cálculos macroeconómicos. Otra cosa es hablar de antes de que finalice 2013». Aunque las miradas estén puestas en el ministro de Hacienda, la llave está en las manos de Bruselas, «que nos mide las palabras», aseguran. Las reuniones con todos los actores implicados en la elaboración del texto están siendo periódicas «y se hacen con regularidad. Todo el mundo es conocedor de la necesidad pero también de la coyuntura económica que atravesamos».

Lo mismo ocurre con las desgravaciones fiscales para el cine. El sector espera que en el encuentro de hoy con los distintos ministerios que conforman la comisión paritaria que estudia el modelo de ayudas, el Ejecutivo exponga su propuesta, ya que los representantes del séptimo arte les han ofrecido en encuentros previos distintas alternativas. Entre ellas, según informan los negociadores, el sector contempla que la palanca fiscal que sustituya a las subvenciones directas que existen ahora sea, en principio, muy inferior a sus ambiciones de arrancada, siempre y cuando el Ejecutivo se comprometa a aumentarlas en un futuro próximo.

Pero, volviendo al mecenazgo: ¿cuál es la cantidad a partir de la que está dispuesto a negociar el gabinete Wert? Hace un año y medio, los porcentajes de partida oscilaban entre el 60 y el 70 por ciento, una cifra que cuando se hizo pública fue muy bien acogida por el mundo de la cultura. Hoy, la situación es muy diferente y podría rondar el 30 por ciento. Moisés Pérez de Albéniz, al frente del Consorcio de Galerías de Arte (que engloba a casi un centenar de salas de toda España), confirma que «sí se han producido reuniones periódicas con Lassalle. La última fue hace unas tres semanas. Desde luego, si el Ministerio baraja la posibilidad de porcentajes de desgravación variables estaríamos dispuestos a estudiarlo porque de no tener nada a tener una ley cuyos porcentajes vayan en progresión ya es algo. No se puede pasar de nada a todo. Creo que sería bueno y beneficioso ir probando y ver los efectos que puede producir», dice el galerista, quien reclama ya «poder trabajar y discutir sobre un borrador, tener un punto de partida sobre el que empezar a hablar. El miedo en el sector del arte existe, no estoy descubriendo nada. Veo últimamente en Lassalle una voluntad y una intención que quizá antes no percibíamos, aunque me parece que Hacienda supone un freno bastante fuerte», comenta. Después de la celebración de ARCO, el sector del arte y el secretario de Estado de Cultura se vieron de nuevo las caras. Ahora esperan un encuentro que debe producirse de manera inminente. Desde la Fundación Arte y Mecenazgo, la posibilidad de acometer desgravaciones progresivas que se incrementen según mejore la situación de la economía española no es vista con demasiados buenos ojos, pues «si la nueva ley de mecenazgo prevé un incremento de la deducción en función del marco económico se pierde la oportunidad de establecer el contexto adecuado para estimular el mecenazgo. La medida tendría que ser precisamente la contraria porque el enfermo está en la UVI y nos tememos que en el traslado pueda morir. El IVA ha sido la puntilla a lo que está pasando en el sector», asegura la abogada Eva Lasunción, quien insiste en que «ahora es el momento de poner toda la carne en el asador e invertir los términos porque el sector se está hundiendo delante de nuestros ojos y precisa de una intervención de urgencia. Es muy complicado poner al sector de acuerdo y en orden, pero cuanto más fáciles nos pongan las cosas más podremos avanzar. Es un simple razonamiento práctico», señala. El sector es reacio a hablar de porcentajes de partida, pero hablan a un sola voz cuando aseguran que «los incentivos son muy importantes pero hay más cosas que tener en cuenta». Cuando se pide una cantidad de partida casi cierran filas: un 50 por ciento «sería una cantidad sensata y razonable, es decir, que por cada euro de un contribuyente, el Estado pone otro, aunque lo ideal sería conseguir el 70, ése sería el objetivo máximo. Hoy estamos en el 25». A ese porcentaje también se sumaría Fernando Francés (que sostiene que incluso por encima del 40% ya estaría bien), al frente del Centro de Arte Contemporáneo de Málaga, aunque no considera que sea lo esencial ni la clave de la futura ley, «que tendría que especificarnos de manera muy clara hasta dónde va a llegar y qué va a cubrir. Si consigo que una empresa de seguros me patrocine, ¿estaría incluido? ¿Y el patrocinio de una pyme? Y pongo un ejemplo de andar por casa: mi edificio está catalogado como monumento. Ahora me toca pintarlo si consigo que una empresa me lo pinte, ¿podría desgravar?. Por otra parte, el entrar en una progresividad me parece de sentido común», apunta, al tiempo que se lamenta de que los centros de la periferia no sean tenidos en cuenta a la hora de abordar determinados temas. «Está muy bien que se beneficien los grandes museos, pero los centros de arte de base, también».