El excéntrico escritor Beigbeder resucita la revista erótica francesa «Lui»
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La revista francesa "Lui", icono del erotismo de los años setenta para la que posaron ligeras de ropa Catherine Deneuve, Brigite Bardot, Jane Fonda o Ursula Andress, resucita hoy en los kioscos galos de la mano del excéntrico Frédéric Beigbeder, autor de "El amor dura tres años"y "13,99 euros".
"'Lui' era una excusa cultural e intelectual para comprar fotos de mujeres desnudas. Hoy hacemos lo contrario, visto que mujeres desnudas hay por todas partes...", bromeaba al presentar el regreso de la cabecera Beigbeder, director de la publicación que financia el empresario de los medios de comunicación Jean-Yves le Fur y que tendrá a la periodista Yseult Williams al frente de la redacción.
Desaparecida en 1994 y restituida fugazmente como cabecera pornográfica años después, "Lui"recupera ahora la fórmula que convirtió la publicación en una referencia de la provocación en el último tercio del siglo XX, combinando insinuantes instantáneas de musas eróticas con artículos firmados por intelectuales y literatos.
Beigbeder, que defiende "la impertinencia y el libertinaje", señala en su primer editorial que la revista va dirigida al hombre, "ese mamífero viril y romántico, obsesionado por la mujeres y amigo de los gay, insoportable y sexy, lujoso y campesino, festivo y literario".
"El mejor cortafuegos de 'Lui' es tener un equipo femenino de redacción", comenta Williams, exdirectora de la revista "Grazia", que reconoce que la cabecera está destinada a un público masculino de entre 35 y 50 años pero que no renuncia a atraer a lectoras a los kioscos.
La portada para el relanzamiento de la publicación, que fundó en 1963 Daniel Filipacchi y que conoció su apogeo a finales de los años setenta e inicios de los ochenta, muestra a Léa Seydoux protagonista junto con Adèle Exarchopoulos de "La vie d'Adèle", cinta de Abdellatif Kechiche que trata sobre una relación lésbica, premiada con la Palma de Oro en la última edición del Festival de Cannes.
La actriz, cubierta por un velo semitransparente azul y tapándose el pubis con la mano derecha, posa delante de un espejo con marcos dorados con una postura que recuerda a "El nacimiento de Venus", de Botticelli.
En el interior, Seydoux sigue desvistiéndose en 14 páginas acompañadas de una entrevista y de un perfil, seducción que comparte espacio con temas como la relación entre la cocaína y la crisis financiera, un retrato de la portavoz del Gobierno, Najat Vallaud-Belkacem, o un reportaje sobre Daniel Schmitt, exportavoz de WikiLeaks.
"Lui", que mantendrá su logotipo original, saca 350.000 ejemplares de su primer número, con 200 páginas y a 2,90 euros. Después, su tirada pasará a entre 150.000 y 200.000 ejemplares mensuales y diez números anuales, con doblete en enero y julio.
A pesar de la crisis económica en Francia y del mal momento que atraviesan los medios de comunicación en general y los impresos en particular, Beigbeder, de 47 años, confía en el éxito comercial de una revista que vuelve gracias a "los sueños inconscientes y las apuestas locas"desde el hedonismo y el humor, acompañada esencialmente de publicidad de moda, coches y motos.
Para alejarse de arquetipos groseros, "Lui"mostrará una mujer desnuda en cada portada, pero no incorporará un póster central desplegable y mantendrá la idea original de contar en cada número con la colaboración de "grandes plumas y fotógrafos".
En su primer número, colaboran en la revista la columnista franco-argentina Marcela Iacub, polémica por publicar un libro sobre su romance con Dominique Strauss-Kahn, el literato Patrick Besson y fotógrafos como Mario Sorrenti o Chris Morris.
Al timón del nuevo proyecto editorial se sitúa Beigdeber, un publicista reconvertido en escritor y adepto a la provocación.
Quizá el episodio que mejor sintetiza el descaro del autor, al que muchos ven como un arquetipo de lo que en Francia se conoce como "bo-bo"(bohemio-burgués), data de una noche de 2008, cuando una patrulla de policía le sorprendió esnifando cocaína en el distrito VIII de París sobre el capó de un Bentley.
"Están ustedes chiflados haciendo eso en la vía pública. ¡Escóndanse en el baño como todo el mundo!", le espetó un agente al literato.
"Nosotros no somos todo el mundo, mi comandante. Nosotros somos escritores, ok?", contestó Beigbeder, que terminó en comisaría.
Un año después ganó el prestigioso premio literario Renaudot por su obra "Un roman français". Al saber que había sido galardonado, se acordó de los policías y del fiscal que le arrestaron porque sin aquel incidente no habría escrito su aplaudida novela.
"El Renaudor es la mejor de las drogas. Lo aconsejo de verdad, es extremadamente agradable", ironizó el escritor.