"Fear The Walking Dead": el mundo zombi se contrae en favor de un final épico
El spin-off más humano de "The Walking Dead" regresa a AMC con una octava temporada, la última, que promete más acción que nunca
Madrid Creada:
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Pocos confiaban, hace ya ocho años, en las posibilidades de un «spin-off» de «The Walking Dead», justo cuando la exitosa serie comenzaba a mostrar síntomas de agotamiento. Pero aún así, AMC confió en la franquicia, dando luz verde a una serie de proyectos que, con mayor o menor éxito, han sabido mantener encendida la ilusión por el mundo zombi en todo el mundo. Quizá la serie que obtuvo una mejor acogida, en parte, porque era la que más sentido tenía rodar expandiendo el universo creado por Robert Kirkman en los cómics, fuera «Fear The Walking Dead». No en vano, recogía las historias de personajes que ya habían pasado por la serie principal, mostrándonos su vida y su deriva, también, en el mundo post-apocalíptico. La serie protagonizada por Kim Dickens y Lennie James bien puede interpretarse como un verso libre de la franquicia, mutando casi temporada a temporada hasta una séptima, por ejemplo, que era casi antológica.
Aquel viraje, ciertamente mal recibido entre los fans de la saga, nos proponía traicionar en cierto sentido el espíritu de la hija menor de la serie principal. Si lo interesante de Rick, Maggie, Negan y los suyos era su capacidad de cambio, lo interesante de «Fear The Walking Dead» era la humanidad de sus protagonistas, su enfrentamiento a un mundo terrible sin renunciar a su propia esencia original.
Justo después de que terminara «The Walking Dead», poniéndole un final abierto a la rama principal de la franquicia, y para despedirse como quizá la más coherente de todas, «Fear The Walking Dead» comienza a emitir su temporada final esta misma noche en AMC. Y lo hace, claro está, intentando quitarse de en medio el borrón que supuso la última temporada. Así, tras los eventos de PADRE con los que se cerró la séptima tanda de episodios, la octava temporada arranca con un salto temporal de varios años, lo que nos permitirá visitar a nuestros protagonistas más allá de lo traumático.
Es tan obvio el volantazo, el cambio de dirección respecto a una séptima temporada todavía marcada industrialmente por la pandemia, que pareciera que a la serie de Dave Erickson le corre prisa adelantarse, olvidarse de un desenlace que satisfizo a pocos, y apostar por un final épico. Una despedida que, entendemos, tendrá tintes mucho más trascendentales y definitivos que la de «The Walking Dead» y que apuesta por lo épico. La intención, por lo que se puede apreciar en los primeros capítulos de la octava temporada, no es tanto elevar las implicaciones del drama como hacer del mismo un viaje, una última aventura con la que reencontrarse ocho años después.
Por supuesto, la última temporada de «Fear The Walking Dead» está plagada de guiños y referencias para aquellos que siguen aferrados al universo zombi como Biblia propia de la supervivencia, pero la inversión de interés que exige la serie, languidece en comparación con obras tan recientes en la memoria popular colectiva como «The Last of Us» (HBOMax). Sería injusto, eso sí, comparar ambas series, porque mientras la súper producción basada en el videojuego homónimo apela a lo descarnado, la temporada que estrena hoy AMC se vuelca en lo humano. Sí, tenemos novedades sobre la evolución de los zombis, aquí casi meros vehículos de acción para que la trama no caiga en su habitual sueño perezoso; sí, la mejora respecto a las dos últimas temporadas es espectacular; y sí, por fin los avances juegan en un sentido dramático y no solo espectacular, pero es difícil disfrutar de «Fear The Walking Dead» sin pensar en las oportunidades desaprovechadas de lo que pudo ser una gran serie.