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cultura

Franco y cuando España se ponía como Las Grecas

Grupos y artistas míticos como las propias Grecas, Triana, Joan Manel Serrat, Joaquín Sabina, Jarcha, Carlos Cano o Camarón de La Isla dieron sus primeros pasos a comienzos de la década en el ocaso franquista

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Dicen los viejos que en este país hubo un tiempo en que mientras el dictador agonizaba en la cama media España se ponía «como Las Grecas». No vamos, desde luego, a hacer apología de un régimen oscuro, pero sí de unos años, los setenta, en que las ansias de libertad «sin ira», la creatividad contenida, el aire rebelde y el agudo ingenio destacaban sobremanera, pese a todo. Grupos y artistas míticos como las propias Grecas, Triana, Joan Manel Serrat, Joaquín Sabina, Jarcha, Carlos Cano o Camarón de La Isla dieron sus primeros pasos a comienzos de la década en el ocaso franquista.

Por eso, tiene poco sentido celebrar, tal y como pretende este Gobierno, el medio siglo de la muerte del dictador con unos fastos que, se suponen, vienen a reivindicar y a festejar el inicio de una era de libertad, «sin ira, libertad». No, las raíces de esta liberación, de esta emancipación creativa, ya venían de años atrás. De hecho, más de uno pensaría, como dice el dicho, que contra Franco escribíamos o cantábamos mejor. 

Heredamos de entonces, de los primeros setenta, un repertorio musical y artístico, siempre a la vanguardia, que hoy sigue siendo moderno: encontramos temas, auténticos himnos rebeldes, como «En el lago» de los sevillanos Triana, «Te estoy amando locamente» de Las Grecas, «Me sabe a humo» de Los Chunguitos, «Nuestra Andalucía» de Jarcha, o «L’Estaca» de Lluis Llach; por mencionar algunas de tantas canciones que sonaban con aires de cambio.

Frente a las antiguallas reivindicativas gubernamentales que tanta pereza producen, frente a este postureo ideológico –ahora que la censura más que venir de arriba viene impulsada por el pueblo– se impone la reivindicación de artistas y grupos de raza, pata negra, que realmente se expusieron, dieron la cara y rompieron las cadenas en tiempos recios. De hecho, encargar «Libertad sin ira» –composición publicitaria de un medio de centro-derecha como Diario 16– a una chica que dice hacer exclusivamente «música para lesbianas» y que se tiene que valer del autotune, no parece lo más moderno. Cabe recomendar una actualización de su lista de Spotify.