Francisco Franco hasta el año 2015
Geroa bai propone que la memoria democrática se extienda hasta bien entrado el Siglo XXI para hacer valer el relato de que la represión hizo de ETA los únicos demócratas
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Un senador de Geroa Bai, Koldo Martínez, propuso el lunes 20 que la ley de Memoria Democrática llegue hasta 2015 para incluir a los etarras “torturados” por las fuerzas de seguridad. Es decir; hubo franquismo hasta hace siete años, y los etarras eran demócratas. Un día antes, el domingo 19, los “progresistas” de Otegi hicieron un homenaje al etarra Elías Fernández Castañares. Su “heroicidad” fue asesinar a un peluquero y a un taxista en 1985. Fue detenido un año después cuando intentaba matar a una pareja de guardias civiles. El asesino fue condenado a 58 años de cárcel, de los que solo cumplió 28 gracias a la “doctrina Parot”.
ETA intentó justificar el asesinato del peluquero diciendo que era traficante de drogas, cosa que se demostró falsa. En aquel entonces, 1985, el pueblo y las instituciones abandonaron a la familia del asesinado. 18 años después, el ayuntamiento de Portugalete, la localidad donde vivía, organizó un acto para pedir perdón a la familia por no haber estado a la altura. Pues bien, el domingo 19 se homenajeó a ese asesino con toda la parafernalia. No faltaron aurreskus, bengalas, txalaparta y pancartas, como la que decía: “Todos tenemos que dar algo para que unos pocos no tengan que darlo todo”. ¿El peluquero tuvo que perder su vida para que estos zumbados cumplan su unidad de destino en lo universal? Por supuesto, aquellas mismas instituciones que entonces pidieron perdón no han dicho nada en esta ocasión. ¿Se imagina Vd. un homenaje al asesino de su padre o marido?
Al lunes siguiente, como decía, Koldo Martínez, senador de Geroa Bai, pidió que la ley de Memoria Democrática se amplíe a 2015 para acoger a las víctimas de la “tortura policial”. Conviene recordar que Geroa Bai se unió a Bildu en 2018 en Navarra para no condenar los asesinatos de ETA ni apoyar su disolución en el Parlamento foral. Se negó a que los etarras pidieran perdón a las víctimas, y que la banda asesina ayudara a esclarecer los crímenes sin resolver. En aquella ocasión el portavoz de Geroa Bai era Koldo Martínez, y justificó su decisión diciendo que no iban a “entrar en el juego político de unos y otros”. No tiene pinta que condenar asesinatos y reclamar el apoyo a las familias, como hizo en el Senado aludiendo al franquismo, sea entrar en ningún juego. La verdad de todo esto es que Geroa Bai necesita a Bildu para gobernar en Navarra.
El objetivo de Geroa Bai es doble incluso en el Senado: borrar a España de Navarra y blanquear a ETA. Por esta razón, Koldo Martínez dijo que la finalidad del Gobierno cuatripartito en su región es desmontar la Navarra “católica, foral y española”. Porque ya se sabe que la Memoria Democrática, incluso el recuerdo o el respeto, no sirven para nada que no sea la izquierda. Vamos, que el resto no tiene derecho ni a la existencia.
La propuesta del senador de Geroa Bai hay que entenderla como parte del blanqueamiento de Bildu y del mundo etarra. No en vano, el senador Martínez ha recogido una de las reivindicaciones de los asesinos. Quieren un proceso político ahora que están en el poder, ajustar cuentas con quienes aplicaron la ley, y así desjudicializar sus delitos. No obstante, no hay impunidad. Cabe recordar que ya existen el Código Penal, leyes subsiguientes, jurisprudencia y tribunales suficientes para condenar a los miembros de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado que pudieron extralimitarse en sus funciones. El relato de esta falacia es que la Guerra Civil sigue, ahora encarnada en los “valerosos gudaris” de ETA contra las fuerzas “represoras del Estado español”. Pretenden establecer una continuidad en la lucha contra Franco desde 1936 hasta 2015, para sostener que ellos y solo ellos fueron los verdaderos demócratas contra la dictadura.
No solo es una cuestión de pasta, de hacerse con las subvenciones y los cargos públicos que acompañan a dicha Ley sectaria, sino una cuestión de convencer a la opinión pública. Necesitan blanquear al brazo político de ETA, a los que hoy homenajean a los asesinos, para conseguir mayorías parlamentarias y tener el poder. Está visto que en la Ley de Memoria Democrática no cabe la ética.