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Joan Guinjoan: Un compositor tocado por los dioses alma universal

El último grande de la música contemporánea española, fallece a los 87 años dejando tras de sí una vasta obra.
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El último grande de la música contemporánea española, fallece a los 87 años dejando tras de sí una vasta obra.
El mundo de la música arrancó 2019 con una mueca de dolor y tristeza. El compositor y pianista catalán Joan Guinjoan, grande entre los grandes dentro de la música contemporánea, fallecía a los 87 años después de una larga enfermedad. Creador, divulgador y estudioso de la música, compuso más de un centenar de piezas de cámara y sinfónicas, convirtiéndose en un gran embajador cultural de la creación española y catalana en el mundo entero. «En cualquier quiniela entre los cinco compositores españoles más importantes del siglo XX, tiene que salir Guinjoan. Sin, duda, después de Manuel de Falla y Robert Gerhard está él», aseguraba con rotundidad ayer el director de orquesta Joan Pons.
El compositor nació el 28 de noviembre de 1931 en Riudoms, un pequeño pueblo de la provincia de Tarragona. A los 14 años recibió de regalo un acordeón, su primera puerta de acceso al mundo de la música. Mientras tocaba de oído, por pura intuición, el vals «Viuda alegre», el maestro Fructuoso Piqué le animó a que dejase de lado su pequeño acordeón y empezase a aspirar a algo más. De esta forma se apuntó al Conservatorio Superior de Música del Liceo, donde se convirtió en un gran maestro pianista. A partir de aquí arrancó una carrera dominada por su gran vitalismo, una abstracción expresionista de hondo calado, y una atmósfera mediterránea de rápido contagio. Entre sus obras cabe destacar «Sinfonía de la Imperial Tarraco» (1961), «Suite de los cinco continentes» (1969), «Bi-tematic» (1970), «Diagramas» (1972), «Ab origine» (1974), «Ambient n1» (1977), «Phobos» (1978), «Puzzle» (1979) y «Trama» (1982). En sus últimos años cabe destacar los conciertos sinfónicos «Verbum», «Sincrotró-Alba», así como sus obras para violonchelo. Además, en 2004 estrenó en el Liceo la ópera «Gaudí».
Entre sus galardones destacan el Premio de Composición Reina Sofía en 1983, el Premio Nacional de Música en 1989 y el Iberoamericano Tomás Luis de Victoria de 2004, entre otros muchos. Pero además de su carrera como músico y compositor, también destacó como estudioso y divulgador. En 1965 fundó, junto al clarinetista Juli Panyella, la agrupación Diabolus in Musica con el objetivo de difundir la música contemporánea. Y en 1986 creó y dirigió el Centre de Documentació i Difusió de la Música Contemporània, perteneciente al Área de Cultura del Ayuntamiento de Barcelona, desde donde desarrolló distintas labores organizativas en la vida musical catalana.
La noticia de su muerte fue divulgada vía twitter por el Departamento de Cultura de la Generalitat, quién definió a Guinjoan como «figura clave de la creación musical en Cataluña y uno de nuestros grandes embajadores culturales en todo el mundo». De la misma forma se manifestó el ministro de Cultura y Deporte, José Guirao, quien calificó a Guinjoan como «un espíritu sabio y libre que renovó el lenguaje musical. Fue un gran renovador del lenguaje musical».