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INTELIGENCIA ARTIFICIAL Y REDES SOCIALES

El juego viral con IA o la diversión de creernos importantes

Una nueva moda nos está bombardeando, la de la creación de figuras de acción personalizadas en las que uno aparece retratado como un muñeco empaquetado con todos sus accesorios

El juego viral con IA o la diversión de creernos importantes ChatGPTChatGPT

La llegada a nuestras vidas de la Inteligencia Artificial y el alcance de todos a esta herramienta ha generado todo tipo de reacciones. Defensores de la misma aseguran que su buen uso puede contribuir a mejorar el mundo. Los más detractores ven en ella una amenaza. Y mientras nos ponemos de acuerdo (o no) y nos sentamos a esperar para ver qué ocurre (no nos queda otra), millones de personas usan esta nueva tecnología para entretenerse.

Llevamos semanas siendo testigos del auge que los retratos personalizados al estilo del Studio Ghibli, con la estética similar a las películas de anime japonés y creados con la ayuda de herramientas como ChatGPT, han alcanzado.

Cómo hacer imágenes al estilo Studio Ghibli: usando gratis la inteligencia artificial de ChatGPTRedes sociales

Ahora, una nueva tendencia se ha hecho viral. Se trata de la creación de figuras de acción personalizadas en las que uno aparece como un muñeco, un juguete empaquetado al estilo de las muñecas o superhéroes que vemos en las tiendas, en sus cajas plastificadas y con todos sus accesorios. La cosa, como suele ocurrir, comenzó con la diversión de convertir en muñecos a personajes famosos, pero pronto, usuarios anónimos quisieron verse representados de esta manera. En pocos días, millones de personas han compartido con orgullo su personalizado muñeco.

Muñeco personalizado de Arturo Pérez-Reverte creado por CharGPTCharGPTCharGPT

Más allá de la mera diversión y de hacer la gracia, resulta llamativo que el mismo entretenimiento conquiste a millones de personas en todas partes del mundo. Uno no puede evitar pensar que lo que nos une es, quizás, el subidón de adrenalina que provoca el sentirnos importante. Eso debe ser lo que generan esto muñecos personalizados: la sensación, bastante pueril, de que nuestra vida es importante y de que nosotros somos un protagonista tan fundamental que merecemos que nos retraten en un formato que sólo tienen, en la vida real, los que cuentan con millones de fans porque se han convertido en iconos de lo que sea.

Muñeca personalizada de Paulina Rubio creada por CharGPTCharGPTCharGPT

Se puede entender que, por puro entretenimiento, nos haga gracia vernos retratados como un muñeco que tiene nuestros rasgos, nuestros detalles físicos más representativos y nuestra ropa. También que nos divierta enseñárselo a nuestro círculo más cercano. La típica broma con familiares y amigos para “echarse unas risas” y desengrasar el día. Lo llamativo es la necesidad de compartirlo con el mundo entero a través de redes sociales. El muñeco se convierte, entonces, en un perfecto símbolo de la era del “yoísmo” que han traído las redes sociales, todo un mundo de postureo máximo y autopromoción, una plataforma abierta a los demás donde se ha impuesto la necesidad constante de vender una imagen de éxito, una vida idílica, de conseguir likes. El culto al yo se practica a través de millones de usuarios dando consejos que nadie les ha pedido, opinando de todo (aunque no sepan), usando filtros para parecer 30 años más jóvenes o retratando su vida y sus experiencias siempre con un móvil entre estas últimas y ellos.

El reconocimiento mundial, la aprobación unánime, a la carrera de un actor, se materializa en la figura dorada del Oscar. Ahora, las personas anónimas ya tenemos nuestra propia estatuilla personalizada que poder, triunfales, alzar como reconocimiento a nuestra mera existencia.