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Cervantes, con mucho gusto

larazon

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Cuando Borges ideó la ficción en la que un tal Pierre Menard reescribía «originalmente» el Quijote, quizá estaba sugiriendo que existían muy diversos modos de leer e interpretar una obra literaria. Abordar esta considerando otros destacados libros del autor en cuestión resulta ser un eficaz método de análisis que ofrece una fecunda panorámica intertextual, comparativa y generalista. Es lo que pretende, y logra sobradamente, Aurora Egido, catedrática emérita de Literatura Española de la Universidad de Zaragoza, con «Por el gusto de leer a Cervantes», volumen que recopila dieciocho estudios donde se asedia la literatura cervantina desde diversas perspectivas. En «Don Quijote, enfermo de amores» se vincula la enajenación mental del ingenioso hidalgo a un idealismo platónico que altera sus facultades sentimentales; «Poesía y peregrinación en el Persiles» muestra la decisiva función de la lírica en un libro póstumo que tiene mucho de balance vital; la relación del genial novelista con el mundo académico se detalla admirablemente en «La dignidad de las Humanidades en Miguel de Cervantes»; y el principio del placer lector es defendido en «El gusto de don Quijote y el placer del autor y de los lectores».
Un causa superior
Sin olvidar tampoco la importancia del recuerdo y las reminiscencias literarias en las Novelas ejemplares, que se estudia en «La memoria ejemplar y El coloquio de los perros»; el concepto de la fama y su pervivencia en un tiempo colectivo en «El ancho mundo de Miguel de Cervantes y la consecución de la fama»; la noción de «ingenio» como un desafío quimérico a la mímesis aristotélica; o los componentes bucólicos en la estética cervantina, que puede comprobarse en «Cervantes en la Arcadia». Estas páginas contienen además un elogio de la reivindicación de una conciencia humanista y la evidencia del dinamismo del universo cervantino, como se advierte en el prólogo: «El mundo de Cervantes está en constante movimiento como los seres humanos que pueblan su teatro y sus novelas, cambiando de lugar y de condición. Y ese viaje, tan lleno de paradojas y contrastes, y que se configura como un viaje por la vida y por la historia, lo es también por la lectura». Se incide igualmente en la vigencia de los clásicos como formantes de un canon secular, esencia de la identidad cultural y reflejo de un permanente magisterio estético. El rigor académico de estos estudios, su profundidad argumentativa y solidez documental, son perfectamente compatibles con la ágil amenidad que exige el lector interesado en la imperecedera literatura cervantina.