Crítica de libros

Entre el caos y la belleza

«Alma Venus». Pere Gimferrer. Seix Barral. 104 págs., 16,50 euros. (e-book, 11,99)

La Razón
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En los últimos años y en sus recientes poemarios, Gimferrer ha reforzado los más auténticos supuestos de su lírica: neomodernismo furibundo, tenue surrealidad, referentes autobiográficos y un culturalismo identitario y generacional. Con «Alma Venus» se ahonda en el factor social, en circunstancias ideológicas y políticas que motivan la reflexión sobre el caos contemporáneo, sobre una turbia belleza violenta que se arrastra desde el pasado siglo XX, convulso y atroz. Con la estructura de un torrencial único impulso, por estas páginas fluyen ecos de las dos guerras mundiales, el sueño soviético, el fascismo estetizante, nuestra guerra civil, la utopía cubana o la España del «Guernica»; sin obviar claras alusiones a la corrupción de los políticos –«chamarileros de color de plomo»–, la devastada Eu-ropa filmada por Rossellini o la secular fascinación humana por la destrucción.

Aunando lo testimonial con el sentimiento amoroso y la fascinación erótica, surge la premisa-verso de este libro: «Alma Venus: amor, revolución». Y es que la dedicatoria que encabeza el volumen, «A Cuca, Alma Venus», nos sitúa en la ya asumida, renovada personalidad del autor quien, bajo esa figuración inspiradora, experimenta con el coloquialismo y la cotidianidad, inmersos en un magma culto y refinado. El cine, y muy significativas películas de aliento existencial como «La semilla del diablo», de Polanski; referentes ideológicos que incluyen a Marx o el Che Guevara incidiendo en una estetización de la Historia; o los símbolos clásicos del eterno modernismo: atmósferas azules, sueños dorados, juventudes añoradas y el dolor del tiempo ido, constituyen los componentes de una infatigable búsqueda de la belleza ideal, ahora enfrentada a la dureza de la realidad. Temas como el origen del deseo, la naturaleza del amor, la catarsis del sexo, la lógica de la muerte, la fuerza de la literatura, la función de la memoria o el sentido de la melancolía, vertidos en un impecable molde de conseguidos ritmos y cadencias, iluminan aquí la emotiva comprensión de «este viñedo verde del vivir».