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España sí que lee

larazon

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Lea atentamente el siguiente artículo. El consejo es casi innecesario: si pertenece usted a ese 63% de la población española mayor de 14 años que lee libros, probablemente lo hará. Podemos sacar pecho, al menos cada vez más, porque en España el libro va ya ocupando su sitio en la sociedad, y su función hace tiempo que ha dejado de ser la de decorar el salón o impresionar a las visitas. En 2012, la diferencia con la media europea, que está en el 70%, se redujo en un 1,6% respecto al año anterior. El 59,1% de los españoles en la citada franja de edad leyó en su tiempo libre –no sólo libros, y no sólo de literatura, también entran en estos cálculos revistas, periódicos, cómics...– y el 47,2% lo hizo con frecuencia diaria o semanal. Éstos y otros datos comparten la misma tendencia ascendente en los últimos años: más jóvenes que leen, más hogares con libros, más acceso a bibliotecas... Ocupado desde hace un año en defender y promover este crecimiento desde La Casa del Lector, César Antonio Molina explica: «Cada vez se lee más y mejor. Vivimos en una sociedad en la que, ya sea en papel o en pantalla, estamos todo el día leyendo, muchas veces sin ser conscientes del todo, ya que cuando la gente navega por internet no está haciendo otra cosa que leer. Y lo importante es generar lectores. Hace tiempo nos preocupaba más vender libros que generan lectores, pero ahora creo que nos tenemos que centrar en lo segundo. Creando lectores nos garantizamos que, cuando puedan, comprarán libros en el soporte que prefieran».
Los datos proceden del «Barómetro de hábitos de lectura y compra de libros en España», un informe anual elaborado por la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE) que deja varias conclusiones: el perfil del lector en España es el de una mujer, con estudios universitarios, joven y urbana que prefiere la novela, lee en castellano y lo hace por entretenimiento. Sin embargo, los tópicos conviene matizarlos: los hombres leen más otro tipo de géneros (no ficción, ensayos, libros técnicos...) que las mujeres. Para Antonio María Ávila, presidente de la FGEE, desde que comenzaron a elaborar el informe en 2000 «la tendencia ha sido muy clara: un aumento lento pero constante de lectores. En las tres categorías que se establecieron, el que no lee nada, el lector que lee un libro al año o así, y el lector frecuente, éste último es el que ha crecido de verdad: el que dice que lee 5 o 6 horas a la semana. Empezamos en un 27% y estamos ya en el 47%. Eso es razonable, está de acuerdo con nuestro desarrollo económico y social».
Sin embargo, ante la gran cita de la lectura, la Feria del Libro –que ayer arrancó en Madrid con una conferencia inaugural de Javier Gomá sobre la vocación del escritor–, cabe no dejarse llevar por la euforia: la otra cara de la moneda es la caída en las ventas. En 2012, se perdieron 1,9 puntos, pasando del 57,3% de la población en 2011 al 55,4% (el dato ilustra el porcentaje de españoles que compraran algún libro en esos doce meses). La estadística rompió la tendencia de los últimos años y situa al sector en niveles inferiores a los de 2008. No hacen falta sesudos análisis para suponer que el año más duro de la crisis habrá tenido algo que ver. Sumado al incremento en la actividad lectora, se llega a varias conclusiones, que el «barómetro» corrobora: se presta más entre amigos y familia, se regresa a volúmenes comprados en años anteriores o se acude a las biliotecas. Y, claro, se «piratea», un problema al que la industria del libro se enfrenta.
Sierra achaca sin dudar la caída de ventas «a la situación económica en la que estamos». Pero también explica que hoy «hay muchas posibilidades de acceso gratuito a la lectura. Eso es un fenómeno también bastante nuevo: la red de bibliotecas que hay en este país es de ciencia ficción, y no lo valoramos lo suficiente. Puedes acceder no sólo a la literatura, sino a películas, discos, lo que quieras, de manera gratuita y legal». Es cierto: los datos nos dicen que las bibliotecas españolas aprueban con nota el examen de los usuarios: una media de 7,83 sobre 10, con un ligero incremento respecto a 2011. Sierra subraya lo de «de manera legal»: «Evidentemente, está ese otro asunto que es la "piratería", que es un tema que también afecta al descenso de las ventas y que solamente podremos combatir con buena educación».
En cualquier caso, el escritor aragonés es el ejemplo más claro de que no todo el mundo tiene problemas en las librerías. Su novela «El maestro del Prado» (Ed. Planeta) es la cuarta más vendida en lo que va de 2013, en un ránking que viaja de las «50 sombras de Grey» a Pérez Reverte, Ken Follet, Ildefonso Falcones... O Jorge Javier Vázquez. Una lista que supone, según el autor, «un retrato de las inquietudes profundas de este país, que se debaten, como lo ha hecho a lo largo de toda su historia, entre eros y tánatos. Mira los temas que hay detrás de esos libros: o son eros, temas muy vinculados a lo sensual, al placer corporal, o son tánatos, las inquietudes de lo trascendente, de lo mágico, de lo invisible. Es el retrato perfecto de cómo somos». En ese ranking está también «Misión Olvido» (Ed. Planeta), de María Dueñas, muy bien situada en el puesto número 7 con su segundo fenómeno, después de «El tiempo entre costuras». Para la autora, este «Top 10» nos ofrece varias reflexiones: «Que son variados, que hay autores españoles consolidados que siguen manteniendo su solvencia, que a menudo vamos a remolque de los grandes éxitos extranjeros y que recurrentemente aparece alguna sorpresa que se cuela en las listas en el momento más insospechado». César Antonio Molina explica que «en cada época ha habido una moda y la de estos últimos años está en leer novela histórica y novela negra, algo que, hasta hace poco, era insólito ya que eran considerados subgéneros pero los tiempos van marcando los gustos de la sociedad y siempre ha sido así».
Aunque, si atendemos a la etimología, todo libro que venda más que el resto es por definición un «best seller», lo cierto es que se suele emplear el término para definir un tipo de literatura con muchos detractores. Aunque también defensores, como el presidente de la FGEE: «Para algunos críticos leer "best sellers"no es leer. Pero para mucha gente sí que lo es. No podemos discriminar en ese sentido». El director de La Casa del Lector también rompe al menos media lanza por los «superventas»: «Toda literatura es necesaria si ayuda a generar nuevos lectores. Si una parte de la población lectora se acerca a los libros a través de los «best seller» y se aficiona a la lectura, seguramente acabará dando el salto a otro tipo de literatura». Aunque matiza: «La buena literatura no se consume en un instante sino que resiste al tiempo porque sus enseñanzas abarcan más que la mera literatura de consumo. La buena literatura es, sobre todo, paciente, mientras que los "best seller"son impacientes y necesitan lectores inmediatos. Yo pertenezco al primer grupo».

Todo es lectura

Hay que aclarar que hablamos de ficción, pero los gustos de los españoles son mucho más amplios. «No podemos identificar la lectura sólo con Thomas Mann, es una cosa más amplia. Si tú tienes que leer un informe para escribir este artículo, eso también es lectura», recalca Antonio María Ávila. Y resume: «El lector español lo que más lee es novela, después, pero a mucha distancia, están los ensayos de ciencia social, historia, economía, sociología...; en tercer lugar, la poesía. Y, ya en muy último renglón, el teatro». En el terreno de la no ficción, Hiromi Shinya domina las listas de lo más vendido hasta el 26 de mayo de este año (según datos de Panel detallista de Libros de GfK). Como ocurre con las novelas, en el «top» de no ficción, al margen de Josef Ajram, Rhonda Byrne y el Papa emérito Benedicto XVI, abundan los autores españoles, con el político Miguel Ángel Revilla, Rafael Santandreu, Elsa Punset, la repostera Alma Obregón, el televisivo Frank Cuesta –en coautoría con Nacho Moreno– y José Miguel Gaona.
Sobre el auge lector, Javier Sierra ofrece su propio «sondeo»: «En estos últimos cinco meses, he presentado "El maestro del Prado", en 25 ciudades de España. Le he tomado el pulso al mundo lector de primera mano. Se está volviendo cada vez más hetereogéneo y tiene una razón de ser: vivimos en una cultura en la que ya es imposible manejarse sin leer. Lo hacemos continuamente: en nuestros dispositivos móviles, en los paneles para ver si llega el autobús... Esto no había sucedido nunca en la historia de la humanidad».
La cambiante realidad española explica lo bueno –el incremento del hábito de lectura– y lo malo –el bache en el mercado–, a juicio de Dueñas, que ve reflejada en las listas a la España de hoy. «La situación es desde luego mejorable. La crisis ha tenido también su efecto en el sector del libro, aunque ello no implica necesariamente que se lea menos: hay muchas maneras de que un libro llegue a las manos de los lectores sin pasar necesariamente por una caja registradora: préstamos entre amigos, bibliotecas, clubes de lectura, ejemplares de segunda mano... Las mujeres leen más que los hombres, de eso no hay duda, y yo lo constato cotidianamente. Supongo que estas estadísticas, para bien o para mal, reflejan nuestra realidad».
En la «foto fija» de la lectura hoy en España encontramos particularidades geográficas, explica Antonio María Ávila: «En Madrid y Barcelona, los dos grandes núcleos urbanos, el índice es casi europeo, estamos prácticamente en el 70%. ¿Por qué eso no se refleja estadísticamente? Porque en las zonas rurales, en Galicia, Andalucía, Extremadura, el índice está muy por debajo». El país es muy desigual en lo geográfico, como lo es por tramos de edades: «De 10 a 14 años es contundente, leen prácticamente todos. Frente a eso te encuentras con gente de la tercera edad en franjas rurales que no lee nada, un 28% que no se ha leído nada prácticamente desde 2000», explica Ávila. El retrato del país, en cualquier caso, es optimista: «La tendencia clara es una subida lenta pero constante».

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