Psicópatas, humor y zombis

Hay escritores que, en algún momento de su obra, deciden tomar un desvío o, simplemente, hacer una pausa, ya sea para escribir algo serio (en el caso de que se trate de un escritor humorístico) o para darse un respiro y hacer un divertimento al uso, como es el caso de Aleksandar Hemon, un autor que ha escrito sobre la guerra de los Balcanes o sobre el dolor de perder una hija y que presenta una novela desopilante, repleta de ingenio y de humor y que nada tiene que ver con sus libros anteriores. La trama de «Cómo se hizo la guerra de los zombis» gira alrededor de Josh Levin, un joven y aspirante a guionista que vive en Chicago. Son los años posteriores al atentado a las Torres Gemelas y en EE UU se respira un aire de venganza. Las tropas ya están en Irak y el clima bélico se siente en las calles. Josh, que además de estudiar para convertirse en guionista se gana la vida enseñando inglés a un grupo de expatriados, se evade haciendo otras cosas, como leer a Spinoza, imaginar películas terribles e imposibles y estar con su novia japonesa: la adorable Kimiko. Pero su vida se vuelve complicada cuando conoce a una hermosa estudiante bosnia cuyo marido es un poco psicópata, con lo cual el joven guionista trata de encontrar una salida con un guión freak sobre zombis. Leer a Aleksandar Hemon (un escritor notable, que en sus novelas ha tocado seriamente, y a veces con buenas dosis de humor, cuestiones como la identidad, la inmigración, el amor y la paternidad de manera profunda) en una frecuencia diferente no deja de resultar extraño y, para un lector habituado a su obra, levemente decepcionante; pero, eso sí: detrás de esta trama repleta de humor, de esta comedia sátira y desmesurada, no deja de traslucirse una crítica solapada a la cultura americana: una mezcla de consumo, violencia y escapismo donde todos, en el fondo, parecen muertos vivientes.