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Si tiene prisa, no lea a Saer

Un volumen reúne la rica producción ensayística hasta 1997 de este escritor argentino
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  • Diego Gándara

    Diego Gándara

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Ficción, narración, verdad, novela. Los temas que trata Juan José Saer en estos textos son muy diversos y variados, lo cual demuestra, por un lado, la faceta ensayística del argentino y, por el otro, la relación estrecha que mantienen con el conjunto de su obra, especialmente con su enorme obra de ficción, como si los temas que ha tratado en sus novelas fueran una puesta en práctica de una visión personalísima de la literatura, de un concepto de ficción que no es meramente teórico, si no fruto, ante todo, de su escritura, de un error, como afirma, «continuo, obstinado y salvaje».
w Discurso único
Publicado originalmente en Buenos Aires en 1997, «El concepto de ficción» reúne prólogos, intervenciones y artículos periodísticos que el autor de «El entenado» (una de las mejores novelas argentinas que se escribieron en los últimos años) ha escrito por placer y por encargo sobre cuestiones como el exilio, el procedimiento epistolar, la poesía y los nuevos lenguajes; sobre escritores como Faulkner, Gombrowicz, Roberto Arlt, Antonio Di Benedetto o Borges; acerca de una especie de filosofía y de ética de la composición y en la que establece, en ocasiones con Borges como guía y, otras, recurriendo a los postulados del Nouveau Roman, una tensión constante entre novela y narración. Tensión que atraviesa todo el libro y en la que parece decantarse más por ésta que por aquélla.
Un escritor, le dice Saer a Gerard de Cortanze en la entrevista final que acompaña la edición de esta obra, «posee un discurso único, personal», y «no puede pretender, me parece, más que un rol representativo. Un escritor no se representa más que a sí mismo». Bajo esa premisa (una premisa indiscutible), Saer aborda desde su visión personal temas que tienen que ver con sus gustos como lector (una devoción confesa por Faulkner o por Juan L. Ortiz), con sus inquietudes como creador («los verdaderos creadores representan a su época sólo contradiciéndola», señala) y, fundamentalmente, con una preocupación fundamental que no es ajena a su obra de ficción: la demarcación entre lo que es narración y lo que es novela. En varios textos que aparecen en el libro, remarca una y otra vez las diferencias entre ambas. Dice, por ejemplo, que «la novela es sólo un género literario; la narración, un modo de relación del hombre con el mundo». O que «la novela es un caso específico de la narración». O que, como «simple estadio histórico de la narración, que es una función inherente al espíritu humano, la novela debe abrirle paso a formas imprevisibles que carecen todavía de nombre, pero que aspiran a ser el hogar el infinito».
Textos todos ellos de una lucidez implacable producto de la lectura atenta de autores tan diversos como Adorno, Freud, Benjamin, Flaubert, y de la presencia constante, permanente, de la escritura en su vida, «El concepto de ficción» resulta, en la producción de Saer, un libro fundamental, pues aquí se hallan algunas de las claves que orientaron su literatura.