Solo el detective Gurney juega limpio
John Verdon va más allá de la literatura negra rural y presenta un «country noir»
Los buenos detectives nunca se retiran del todo. Y más si son, como Dave Gurney, hombres honrados que han de lidiar con policías ambiciosos, jefes corruptos, fiscales manipuladores y un conflicto racial tan embrollado como cansino por su repetición y esquematismo ideológico progre. Lo que hace al detective retirado Gurney indispensable para indagar en este lío racista es su honradez, su piedad y un grado de suspicacia supino. Policías, organizaciones civiles y políticos priman sus intereses espurios por encima de la verdad, pero él, no. En «Arderás en la tormenta» nadie juega limpio, excepto Gurney. Es un héroe ejemplar. Sus virtudes las define él mismo: «Odio a los mentirosos y no quiero odiarme a mí mismo». Y su mujer: «Creo que a veces te regodeas tanto en el proceso intelectual que no quieres ir deprisa».
No es pues un héroe posmoderno atrapado en una problemática depresiva, ni en su mundo la verdad se presenta esquiva y dislocada. Al contrario, el personaje se burla de la arquitectura irónica posmoderna, su dolor pertenece a la esfera de lo personal, la muerte prematura de un hijo, y su obsesión es desenmascarar el mal con meticulosidad.
Que John Verdon cite casos de Sherlock Holmes da idea de su pasión por los detectives anglosajones frente a los detectives «a la europea». Ante los acontecimientos raciales, sabe que se mete en un cenagal tipo «Arde Mississippi», pero no se arredra y su entereza y sabiduría para manejarse en un mundo sucio no le impide esperar pacientemente a que los jugadores enseñen sus cartas marcadas mientras él reserva las suyas hasta desenmascarar sus trapacerías con una escalera de color. Una buena jugada cuyo giro final supera sus expectativas y las del lector.
Por el ambiente se diría que pertenece a la literatura negra rural, pero tanto el trabajo del detective Gurney, jubilado de la NYPD –Departamento de Policía de Nueva York–, como a las modernas técnicas del trabajo forense impiden pensar que nos encontramos ante un «country noir» tipo Craig Johnson y su «sheriff» Walter Longmire.
Trasfondo social
«Arderás en la tormenta» es más bien una novela con trasfondo social, el racismo latente en la sociedad rural norteamericana, vista por un personaje que acapara toda la atención del lector y desdibujando los demás personajes, entre la funcionalidad y la insignificancia. Eso permite a John Verdon centrar el foco de su sexta novela en Dave Gurney y su prodigiosa intuición, sagacidad y meticulosa forma de investigar.
Y lo hace con gran dominio de la prosa y la construcción del relato criminal. No obstante, se nota cansancio en la serie. Hay un exceso de morosidad narrativa. El recurso manido a los tópicos del conflicto racial, la maldad policial y la ambición política se enfrentan a la bonomía de este detective íntegro pero capaz de irritar al lector que ha disfrutado con sus primeras novelas y hoy, pese a su aparente brillantez, lamenta su previsibilidad. Sin embargo, «Arderás en la tormenta» es muy superior a la media.