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Luis E. Togores: «Los legionarios se dan bofetadas por ir a la guerra»

«Historia de la Legión Española» no sólo habla de las gestas militares de una de las unidades más respetadas del Ejército, sino que recoge 400 documentos inéditos de sus hombres.
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«Historia de la Legión Española» no sólo habla de las gestas militares de una de las unidades más respetadas del Ejército, sino que recoge 400 documentos inéditos de sus hombres.
«Nadie en el Tercio sabía quién era aquel legionario tan audaz y temerario que en la Legión se alistó». Dispuestos a morir por España, son la punta de lanza de nuestras tropas en los territorios más hostiles. Luis E. Togores ha hecho un exhaustivo repaso por el recorrido militar de la infantería legendaria. «Historia de la Legión Española» es un libro riguroso y serio pero de lectura sencilla, para «llevarse a la cama».
–La Legión fue creada para combatir en la guerra colonial de Marruecos y defender los intereses de España...
–Los legionarios están dispuestos a morir por España y por el prestigio de la Legión. Sin embargo, el grito de «¡Viva la muerte!» es un ¡Viva la vida! No hay hombres más vitales, pero no les importa dar la vida cuando se les exige.
–¿Novios de la muerte?
–No, novios de la vida. Aunque es una unidad que ha vertido ríos de sangre al servicio de España.
–¿Cómo son los legionarios?
–Viven con alegría y felicidad, de forma intensa. Se levantan a las seis y corren unos ocho kilómetros. La mayoría ni fuma ni bebe. Son verdaderos atletas. Tienen asumido que les puede tocar morir. Y no les da miedo la muerte. Están hechos de otra pasta.
–Muchos los tachan de locos, como su cabra...
–En todos los ejércitos existe la tradición de tener mascotas para dulcificar la vida de los soldados, que siempre ha sido monacal.
–¿Qué podemos aprender de ellos?
–Disciplina, valentía, esfuerzo, fidelidad a los jefes y a los compañeros, honorabilidad, y capacidad de sacrificio. Han evitado que tengamos que morir o ir al extranjero para defender nuestra forma de vida. En 96 años, en torno a los 50.000 hombres han muerto bajo la bandera de la Legión. Ahora tenemos unos 4.000 legionarios.
–¿Nacen o se hacen?
–Nacen con un espíritu de aventura, pero en la Legión se hacen. Aunque no todo el mundo puede ser legionario.
–Se trata de una de las unidades más respetadas del Ejército español...
–Es una fuerza de intervención inmediata. Hoy en día todo el Ejército está profesionalizado, pero hubo una época en la que los soldados eran reclutas y la única unidad de profesionales era la de los legionarios. Siempre se han asumido mejor los muertos de la Legión que los de otra unidad.
–¿Hasta qué punto es necesaria?
–Cada día más. La Legión es el mejor instrumento para defender la soberanía y la libertad de los españoles. Por eso, y teniendo en cuenta la vieja frase de que si quieres la paz prepárate para la guerra, habría que aumentar los presupuestos en Defensa. Actualmente, las amenazas son mayores que hace 25 años.
–¿A qué se debe su «mala fama»?
–Como en cualquier colectivo humano, siempre hay alguna oveja negra. Y son las historias que más se cuentan. Se ha utilizado la imagen mística de la Legión ponderando la parte oscura, porque la normal no tiene interés literario ni cinematográfico.
–Antaño sirvió de rehabilitación para delincuentes y hombres frustrados...
–El padre de Millán Astray fue director general de Prisiones y él pensó desde el principio en que esa gente sin cabida en la sociedad podía encontrar en la Legión su acomodo y evitar la marginación. Personas que huían del hambre o de la cárcel en la Legión empezaban una nueva vida, sin esas rémoras del pasado.
–El Comisionado de la Memoria Histórica del Ayuntamiento de Madrid ha recomendado renombrar la calle de Millán Astray...
–Estaría fuera de lugar. Tiene una calle por fundar la Legión en 1920, pero él no participa en la Guerra, ni comete crímenes, porque estaba retirado. Aunque fuera partidario del régimen y amigo personal de Franco.
–¿Cómo será el soldado del futuro?
–Como RoboCop. Irá metido en una especie de coraza y manejará una serie de armamentos sofisticados. Pero su esencia seguirá siendo la misma. Se mantendrá el espíritu para que cuando la pólvora le llene los ojos de lágrimas al ver caer a sus compañeros, en vez de darse la vuelta, continúe cumpliendo con su deber.
–¿Qué debe tenerse en cuenta antes de ir a la guerra?
–Hay que tener ilusión, verlo como una aventura y una oportunidad de realización profesional, no como un castigo. Los legionarios se dan bofetadas por ir a la guerra y poner en práctica todo lo aprendido durante años.
–Fueron los primeros en desarrollar el combate nocturno. ¿Son noctámbulos?
–Les hacen análisis de sangre y orina una vez al mes. Se tomarán alguna cerveza, pero el legionario alcohólico o drogadicto ha desaparecido desde 1990.
–La Legión combate contra el yihadismo.
–Nació para luchar contra los moros y, en la actualidad, su campo de batalla más importante es contra el islam. Ayuda a normalizar la vida en Afganistán e Irak, pero también desarrolla misiones de combate, porque los islamistas pretenden que la cooperación internacional no funcione. El cuartel de los legionarios en Irak prácticamente era bombardeado todos los días. Hay una guerra, aunque no es nueva. Este conflicto entre el islam y el mundo occidental viene desde Las Cruzadas. Nuestros enemigos no tienen portaviones, pero usan el terrorismo. Tenemos el derecho y el deber de defendernos.