El Mago Pop, de Badia del Vallés... a Broadway
Antonio Díaz cierra hoy su espectáculo en Nueva York como el mejor ilusionista del momento
Creada:
Última actualización:
Todos siendo niños hemos tenido grandes sueños. Suelen ser mágicos deseos que la inocencia de la infancia se encarga de mantener vivos, pero por lo general, a medida que crecemos se van esfumando. Salvo que seas Antonio Díaz, más conocido como El Mago Pop. Un joven de 37 años nacido en Badia del Vallés (Barcelona) que fantaseaba con viajar y volar, y lo ha conseguido. Díaz ha llegado a Nueva York a bordo de un avión que pasea su imagen por los cielos de medio mundo. Con un aterrizaje perfecto ante el público neoyorkino, el catalán ha conseguido convencer a los espectadores de que a veces solo hace falta un poco de magia para volver a creer que «Nada Es Imposible».
Con este título y desafiando las leyes de la naturaleza, El Mago Pop ha enamorado a un público que se ha pasado 80 minutos tratando de entender lo que estaba ocurriendo en la sala. «Creo que nos recuerda los sentimientos infantiles. Cuando todo tiene ya una lógica y predecible seguimos buscando lo extraordinario», explica a LA RAZÓN, «y esas cosas extraordinarias son las que nos hacen sentir vivos. La magia busca hacernos sentir como niños». Y así ha sido. Durante el espectáculo lo vemos levitar y teletransportarse, él y a los invitados, ante la cara alucinada de una audiencia completamente entregada. Precisamente a eso hemos venido, dice el ilusionista en el escenario, «a recordar que nada es imposible».
Díaz confiesa «muchos miedos» al enfrentarse a Broadway, pero a continuación se hace con el escenario nada más saltar sobre él y consigue que el público se levante varias veces a aplaudirle mostrándole su entrega, incluso antes de que termine la actuación. Con la misma humildad y cercanía que transmite en el escenario, El Mago Pop confiesa que «venir con un espectáculo que se ha cocinado en nuestro país, sin inversores, a fuego lento y poco a poco, era un desafío y por supuesto tenía muchos miedos». Pero el resultado ha superado las expectativas, «nunca me hubiera imaginado esta acogida, este éxito tan rápido, y este nivel de ventas», asegura. Éxito total. Al terminar el espectáculo, en la calle, los comentarios de los asistentes iban desde un «ha sido impresionante. Todavía estoy tratando de entender lo que he visto», a «¡increíble! Es que no sé qué decir».
El mago Pop ha traído a Nueva York lo que más necesita esta ciudad en estos momentos, volver a creer que se puede, con esfuerzo, entrenamiento y disciplina. El espectáculo arranca con un vídeo que presenta a Antonio Díaz, un joven curioso, perfeccionista que no se da por vencido. Con 8 años, explican las imágenes, «me hicieron un truco en el que sacaron una moneda de la oreja». El ilusionista cuenta que pasó meses tocándose la oreja para ver si salían más. Ahí comenzó su obsesión por la magia. Ha ensayado cientos de veces su show: «detrás de él hay mucho sacrificio por parte de mi equipo». Por eso, no es de extrañar que cuando el telón cayó y llegó el momento de recoger la reacción del público, Díaz se emocionó, y ocurrió algo mágico de verdad. «Yo nunca había llorado en un escenario y empecé a llorar como un niño pequeño porque estaba absolutamente emocionado», confiesa a este periódico. «En el aplauso final me acordé de todos estos años de sacrificios, de estar lejos de mi familia, de los amigos, de trabajar duro. Me acordé de mi padre que se marchó hace poco, de mi madre, de mis hermanos».
Nacido en una familia trabajadora, Díaz se ha convertido en uno de los magos más famosos del mundo. Su equipo asegura que es el ilusionista más joven que ha pasado por Broadway y el artista español que más entradas ha vendido en los 5 últimos años: casi 3 millones de personas han visto su magia. A los 20 años formó su propia compañía y en 2019 adquiere en propiedad el famoso Teatre Victoria de Barcelona. El pasado marzo compró el Branson Magic Theatre (Branson, Missouri) con aforo para 2.800 espectadores que será su sede en la conquista de América. Por si fuera poco, su programa en Netflix «Magic for Humanos by El Mago Pop» se emite en 192 países, lo que ha permitido consolidar su internacionalización.
Díaz y su equipo conocen perfectamente el poder del marketing y lo utilizan a su favor. Durante el espectáculo hay varias promociones de su marca y un recordatorio de sus éxitos profesionales. Entradas gratis para personas elegidas al azar que consiguieron que ninguna silla se viera vacía, y caras conocidas, del mundo de Broadway y españolas, como el actor Álex González. Por supuesto, todo documentado gráficamente por un equipo de operadores de cámara que no dejaron de grabar reacciones dentro y fuera de la sala, quizá para un futuro documental. «De alguna manera, es gratificante ver a un animador ser orgullosamente honesto sobre de qué se trata realmente un programa: vender una marca y vender cosas asociadas con la marca», escribe un crítico de Broadway. El Mago Pop se ha ganado el corazón de los neoyorkinos, el público más difícil de conquistar en Estados Unidos. Su éxito está asegurado: de Nueva York, al resto del mundo.